accidente laboral

Trabajo multa a Avanza por no relevar de forma inmediata a un chófer que murió de un infarto

Sanciona a la empresa con 12.000 euros por no adoptar medidas para evitar su muerte. El Ayuntamiento investiga ahora un posible incumplimiento de contrato.

Las dos hermanas del conductor de Avanza fallecido, durante la concentración de apoyo que este martes han organizado sus compañeros.
Las dos hermanas del conductor de Avanza fallecido, durante la concentración de apoyo que en octubre  organizaron sus compañeros.
Guillermo Mestre

La Inspección de Trabajo ha sancionado a la empresa de autobuses urbanos de Zaragoza Avanza por no adoptar las medidas necesarias en materia de asistencia médica de urgencia y primeros auxilios que hubieran podido evitar la muerte del conductor Óscar D. R., de 48 años. La administración impone una multa de 12.000 euros a la compañía y otra adicional de 2.046 euros por haber tardado 20 días en enviar el parte de accidente a la mutua que le gestiona los siniestros laborales.

Esta decisión, contra la que se pueden presentar alegaciones, ha llevado al Ayuntamiento de Zaragoza a abrir un procedimiento administrativo por posible incumplimiento del contrato en materia de prevención de riesgos laborales.

El trabajador murió el 3 de octubre en el Hospital Provincial cincuenta y dos minutos después de comunicarle a la compañía que sentía un "fuerte dolor en el pecho" y que se encontraba "fatal". Tras tomar declaración a los empleados de Avanza que estuvieron en contacto esa tarde con Óscar D. R. y haber escuchado los audios de las conversaciones –algunos de ellos muy deficientes y con interferencias–, la Inspección de Trabajo ha llegado a la misma conclusión que entonces llegaron su familia y sus compañeros: que la empresa no relevó inmediatamente a su trabajador ni hizo nada para que recibiese asistencia médica lo más rápido posible.

Óscar D. R., conductor de la línea 23, se sintió indispuesto cuando estaba conduciendo su vehículo por la calle de Clara Campoamor, en el Actur. Según las grabaciones analizadas por la inspectora de Trabajo, a las 18.15, a través de la emisora del autobús, el trabajador se puso en contacto con el Sistema de Ayuda a la Explotación (SAE) –centro que gestiona las incidencias– y le dijo al operario que se encontraba "fatal" y que tenía un "dolor tremendo" en el pecho. Añadía que no sabía "si iba a poder llegar a...", pero en este instante y en varios momentos más la conversación es ininteligible.

Ante esta circunstancia, el interlocutor le plantea que vaya al paseo de Pamplona o que le envía un reserva. Las interferencias continúan y el conductor acaba diciéndole que va a ir hasta el paseo de Pamplona. Dos minutos después, el operario del SAE le dice que "no coja clientes" para "no tenerlos esperando" mientras llega el "conductor de reserva" que le van a enviar desde la cabina de la plaza de Aragón.

A las 18.23, Óscar D. R. llama directamente a la cabina y el empleado que le atiende le dice que "no tiene reserva" porque está en Valdespartera y le informa, además, de que en el paseo de Pamplona no va a haber nadie para sustituirle y le indica que se vaya a cocheras. A partir de ese momento, hay un cruce de conversaciones entre el operario del SAE, el de la cabina y el conductor en el que le dan instrucciones contradictorias y él chófer termina por no saber con cuál de los dos está hablando y preguntando dónde tiene que ir. La respuesta fue a "cocheras", al mismo tiempo que el de la cabina le preguntaba qué era lo que le pasaba.

En dos confusas comunicaciones más –que al trabajador tuvieron que causar gran tensión– le insisten en que vaya al médico de la empresa que está en cocheras y le informan de que "no tienen reserva" que lo releve. Mientras tanto, Óscar D. R. va conduciendo un autobús doble (de 18 metros) hacia el centro de la ciudad, sintiéndose enfermo. A las 18.27 le llaman para decirle que "espere", que el médico de la empresa "ya no está en cocheras" porque ha terminado su jornada y que se dirija a la plaza de Aragón, entregue el vehículo y luego se vaya a la Mutua.

Cuando el conductor llegó, el inspector de Avanza que fue al lugar lo encontró sentado en uno de los asientos del pasaje, con los brazos apoyados en el asiento delantero y la cabeza entre ellos. Según relató, mantuvo una "breve" conversación con él relativa a "cómo se encontraba", la "recaudación" y el "bocadillo" y si tenía que ir a la Mutua o a la Quirón. Añadió que se ocupó de parar el autobús y "cuando se dio la vuelta" Óscar D. "ya no estaba". 

El conductor había ido a la cabina de la plaza de Aragón y allí le habían comentado que la Mutua estaba cerrada, por lo que le informó que se iba a Hospital Provincial, que estaba "más cerca".

Efectivamente, Óscar llegó solo y andando al centro sanitario a las 19.07 y en la sala de triaje entró en parada cardiorrespiratoria y falleció. A pesar de que llevaba el uniforme de trabajo, el móvil y documentación, el hospital no hizo gestión alguna para localizar ni informar a su familia y envió el cadáver al Instituto de Medicina Legal. Su madre y hermanos conocieron que estaba muerto 22 horas después.

La familia acude a los tribunales 

La resolución de la Inspección de Trabajo que sanciona a la empresa será clave para argumentar la reclamación que la familia de Óscar D. R. va a presentar ante los tribunales exigiendo que se depuren las presuntas responsabilidades de la multinacional Avanza en la muerte de su ser querido.

El abogado de la familia, Juan Carlos Gómez Uruñuela, explicó ayer que llevaban tiempo esperando las conclusiones de este informe. Estas no han hecho más que confirmar lo que la familia denunció desde un primer momento: que la empresa no adoptó las medidas necesarias para haber evitado semejante final.

El acta de infracción recoge textualmente: "Debería haber existido un protocolo de actuación que implicase facilitar de forma inmediata, o en el plazo más breve posible, un reserva para sustituir al conductor, o la parada inmediata del vehículo y, en todo caso, asegurarse de que el trabajador recibe la asistencia médica adecuada a la dolencia, vía ambulancia, acompañamiento al hospital, etc." 

La inspectora de Trabajo concluye que "ninguna de estas medidas u otras parecidas se tomaron". Cita una serie de ellas que no se tomaron, como que no se envió ningún conductor de reserva por no existir ninguno disponible en ese momento; no se le liberó de forma inmediata de la necesidad de conducir, no se le dieron instrucciones claras de cómo debía proceder –es más, se las dieron pero contradictorias– y no se pidió una ambulancia.

Destaca, igualmente, que si algún otro empleado hubiera decidido acompañar a Óscar D. a un centro hospitalario, eso hubiera supuesto abandonar su puesto de trabajo, ya que la empresa no tiene instrucciones sobre cómo actuar en casos como este. Por eso, reprocha que dado el tamaño y la actividad de la multinacional, debería tenerlo previsto.

En su día, el sindicato CUT mostró su indignación por la forma de actuar y destacó que no entendía por qué si con cualquier usuario que se siente mal en el bus los operadores avisan al 112 y mandan una ambulancia y en este caso no lo hicieron.

Avanza declinó este jueves hacer valoraciones sobre la resolución y se limitó a señalar que recurrirá.

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