La comunidad china en Zaragoza se protege ante el coronavirus

Varios comercios optan por cerrar de forma temporal ante la pérdida de clientes y el miedo al virus y los que permanecen abiertos extreman las medidas de prevención.

Un bazar en Parque Goya avisa del uso de mascarillas
Un bazar en Parque Goya avisa del uso de mascarillas
Guillermo Mestre

El miedo al Covid-19 está causando que algunos comercios de procedencia china echen el cierre temporal en Zaragoza. Desde el lunes se han dado de baja un total de cinco restaurantes de estas características, entre ellos Ciudad del Dragón, en el Coso, y Xinqiao, en la calle de Ávila. También hay algunas peluquerías, centros de estética o bazares que han optado por no abrir sus puertas. Todos alegan vacaciones y muchos prefieren no dar una fecha de apertura. Entre los que han preferido continuar trabajando hay muchos que optan por avisar a sus clientes de que se les atenderá con mascarilla para tratar de prevenir posibles contagios.

Entre la comunidad china son dos las teorías que circulan en torno a estos cierres. Por un lado, hay quienes consideran que las medidas que se están tomando desde las instituciones españolas son insuficientes para evitar la propagación del coronavirus. Por otro, el temor y el desconocimiento han provocado que muchos de los comercios vean drásticamente reducido el número de clientes y, por lo tanto, sus ganancias, por lo que parar por un tiempo se ha perfilado como la opción más sensata hasta que se calmen las aguas.

Muchos ciudadanos chinos hacen cuarentena por iniciativa propia

Según explicaba Xinte Wang, presidente de la Asociación de Desarrollo de Amistad y Cooperación España China, la mayoría ha optado por cerrar las puertas de los locales durante aproximadamente una semana y, cuando pase ese tiempo, volverán a evaluar la situación y contemplarán la posibilidad de abrir. En el caso del restaurante Ciudad del Dragón, ya avisan en su contestador telefónico de que las vacaciones se prolongarán hasta el 22 de marzo. "Somos chinos, pero también españoles, y no queremos que la situación vaya a peor en Zaragoza. Tenemos que luchar unidos contra el virus", explicaba Wang, quien se mantiene en conversaciones con los dueños de los locales para tratar de calmar los ánimos y reducir la creciente "preocupación" por el coronavirus.

La comunidad china está muy volcada en evitar el contagio. Además del aislamiento, la mayoría está siendo escrupulosamente precavida para evitar la propagación del virus y muchos han optado por añadir las mascarillas al uniforme habitual de trabajo. Por ejemplo, desde el exterior de un bazar chino en la calle Mayor se puede ver cómo un gran plástico separa el mostrador del resto de la tienda.

Pero el miedo al coronavirus no es el único causante de esta situación, también juega un importante papel el "desconocimiento". Varios comercios, contó Wang, se han visto empujados a echar el cierre temporal por la pérdida de clientes. De hecho, representantes de la Asociación Chinos de Ultramar se reunieron el lunes con la concejal de Economía del Ayuntamiento de Zaragoza, Carmen Herrarte, para transmitirle su preocupación por cómo la epidemia afectará a sus negocios. 

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