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La chica acuchillada confiesa que se autolesionó y la Policía la detiene por denuncia falsa

Los investigadores descubrieron contradicciones en su relato y acabó reconociendo que se autoinfligió la herida.

Un hombre acuchilla a una joven a la puerta de su casa en Zaragoza
Un hombre acuchilla a una joven a la puerta de su casa en Zaragoza
Oliver Duch

La Policía Nacional detuvo a la adolescente de 16 años que el pasado miércoles denunció haber sido acuchillada por un hombre de 40 años al que había abierto la puerta tras haber llamado al portero automático diciendo que era un cartero o un repartidor de paquetería. Los agentes del Grupo de Homicidios, encargados del caso, determinaron tras 24 horas de investigación que el relato de la joven no era coherente y presentaba contradicciones. Después de entrevistarse con ella, terminó confesando que, en realidad, se había autolesionado y después fingió que había sido atacada por un desconocido.

Eso explicaría la lesión superficial que la chica presentaba en un costado y que ella misma se taponó. Así lo transmitió al servicio de emergencias 112, al que llamó para contar en un primer momento lo que le había pasado. Posteriormente, mantuvo la misma versión ante los policías y ante sus padres.

La muchacha fue trasladada en una ambulancia, donde recibió la primera asistencia sanitaria, y luego ingresada en el Hospital Royo Villanova. Desde el primer momento se informó de que estaba fuera de peligro, aunque los médicos decidieron que se quedase una noche en observación. Este jueves por la mañana recibió el alta y, tras prestar declaración, se le informó de que estaba detenida.

Tras la denuncia inicial de la adolescente, la Policía desplegó un importante y llamativo dispositivo para tratar de localizar al sospechoso en las inmediaciones del domicilio de la muchacha, en la calle de Matilde Sangüesa en el barrio del Arrabal.

En un principio, tal y como había descrito la chica, los funcionarios buscaban a un hombre alto, de unos 40 o 45 años, calvo, con barba de tres días, botas militares y cazadora oscura. En pocos minutos, todas las esquinas de los cruces importantes de esa zona de Zaragoza estaban vigiladas por si los agentes detectaban a un individuo de esas características. Funcionarios de la Unidad de Motos patrullaban el barrio e identificaban a los varones que respondían a esas características.

Mientras, otros buscaban el arma de la agresión en contenedores cercanos y debajo de los coches, y trataban de encontrar imágenes del atacante que hubieran sido grabadas por cámaras de seguridad de establecimientos próximos. Miembros de la Unidad de Policía Científica sacaban huellas dactilares del portero automático de la finca, la puerta y el timbre del piso en el que vive la joven. Nada de todo esto dio resultado.

Paralelamente, a lo largo del día los investigadores de Homicidios se entrevistaron con la adolescente y, por su experiencia, pronto empezaron a detectar contradicciones en su versión de los hechos, que resultó un rara desde el principio. Sobre todo, porque era harto extraño que un desconocido se presentara en una casa llamando previamente al timbre y acuchillara a la persona que le abre sin motivo aparente. Aún así, los robos que, según los vecinos, se han registrado en una vivienda y trasteros del edificio parecían avalar que la joven podía haber sido víctima de un frustrado atraco.

Pasado el mediodía, la Policía resolvía este caso y arrestaba a su protagonista. Al ser menor, quedó bajo la custodia de sus padres y pendiente de comparecer ante la Fiscalía. El Código Penal castiga con multa de seis a doce meses a quien simule ser víctima de un delito y le pueden reclamar los gastos causados.

 

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