HOSTELERÍA

Estufas en las terrazas de los bares: ¿Contaminan más que calientan?

En Zaragoza todavía son un porcentaje muy pequeño los veladores con calefactores, pero se han ido convirtiendo en un elemento indispensable, sobre todo, desde la ley antitabaco. La ciudad francesa de Rennes las ha prohibido por las emisiones de CO2.

Estufas en una terraza de un bar de Zaragoza.
Estufas en una terraza de un bar de Zaragoza.
Raquel Labodía

La incorporación de los calefactores de gas como un elemento más del mobiliario de las terrazas de los bares ha hecho que en Zaragoza su utilización se haya prolongado más allá del Pilar, el periodo típico de "terraceo" hasta hace algunos años. Su uso más extendido en ciudades del norte de Europa  ha provocado que surja el debate de si estas estufas contaminan y gastan demasiado para el calor que ofrecen al estar en un espacio abierto. La ciudad francesa de Rennes ha prohibido su uso desde este mes y se ha anunciado que a ella pueden seguirle otros municipios galos. En París se sustituyeron por calefactores eléctricos hace unos años.

Desde la hostelería zaragozana piden que si este debate se abre en España no se opte por el camino de la prohibición, si no que se elabore antes un plan global para reducir emisiones en la ciudad. "Estamos absolutamente sensibilizados y comprometidos con la agenda 2030 y los 17 objetivos de desarrollo sostenible de la ONU", afirma Jesús Laboreo, desde la Asociación Cafés y Bares de Zaragoza respecto a la lucha contra el cambio climático. Dicho esto, añade que "no seríamos partidarios de la prohibición sin más de los calefactores". De momento, esta opción no se ha planteado ni en Zaragoza ni en el resto de ciudades españolas, pero si se hiciera cree que "habría que tener en cuenta otras fuentes de contaminación que hay en la ciudad", dado que la contribución de los calefactores supondría un porcentaje muy bajo. "Se requeriría un estudio general de la ciudad, de cuáles son las fuentes de contaminación medioambientales que pueden subsanarse". Entre ellas, los automóviles. Y en ese caso propone que se contara con el sector para estudiar alternativas y se respetara la "seguridad jurídica". 

Zaragoza no es una de las capitales que utilicen más estufas en sus alrededor de 2.000 bares con terrazas. De los 846 que han pedido la solicitud municipal para instalar un velador a través de la Asociación de Cafés y Bares, solo 40 han incluido en ella hacerlo con calefactores. La petición al Ayuntamiento de Zaragoza se tiene que renovar cada año. De la misma manera que se solicita un número de mesas, sillas, sombrillas y otros elementos exteriores, hay que detallar también si se van a instalar estufas.

La expansión de las terrazas llegó principalmente tras la prohibición de fumar en los restaurantes que se incluía en la ley antitabaco que entró en vigor en 2006. "Han pasado de ser un elemento estacional a ser casi estructural", reconoce Laboreo desde la hostelería. Recuerda que la normativa provocó una "revolución" en el sector y fue entonces cuando "muchos bares se animaron a solicitar veladores". 

Entre el confort y la concienciación

Tras la prohibición de las estufas en las terrazas de los bares en la ciudad francesa de Rennes por su exceso contaminación, la medida podría ser adoptada en otras ciudades.

Los usuarios se debaten entre el confort que proporcionan y la necesidad de reducir la emisiones.  "Si no hay calefactores da un poco de pereza estar con el abrigo", reconoce Borja Artigao, usuario de las terrazas del centro de Zaragoza, que acude "por el sol y el ambiente". La opción de sustituir las estufas por mantas, como ocurre en otros países, cree que "es buena idea" ya que "abrigan más que un calefactor". Coincide con la necesidad de controlar las emisiones, como Mª Jesús Castillo, que entiende que "deben regularse" las emisiones de estos aparatos. Otros más jóvenes ven que contamina más el tráfico.

"Calentar la calle"

Las organizaciones ecologistas tienen claro que el futuro tiene que ir hacia la supresión de todos los elementos contaminantes. Ecología y Desarrollo (Ecodes) considera una  "acción ineficiente" el intento de "calentar la calle" con calefactores. La organización, dentro de su iniciativa #Porelclima, ha estimado que una estufa encendida en una terraza durante 8 horas emite 23,7 kg de CO2 , que equivale a las emisiones generadas en un trayecto en coche de gasolina de 120 km.  Calcula que "del uso de estas estufas solo se amortiza el 30% de la energía producida" ya que calientan el aire y el calor es dispersado por el viento.

Para Pablo Barrenechea, coordinador de la comunidad #Porelclima de Ecodes, en una situación de "emergencia climática" como la actual "no tiene mucho sentido" el uso de estos aparatos, mientras se tratan de cumplir objetivos como la reducción de las emisiones del 50% en 2030.  Cree que es necesario un "proceso de concienciación del usuario" y que se tienda a suprimir su uso ya que considera que las estufas "no están vinculadas a la operativa del establecimiento". También advierte de que las eléctricas "generan menos emisiones pero el coste es mayor".

Además, alerta de que "la moda de calefactar la calle es en invierno pero, al ritmo que avanza el cambio climático, en breve tendremos terrazas con aire acondicionado para enfriarla en verano".

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