abusos sexuales a menores

Cuatro años y un día de cárcel para un padre por abusar sexualmente de su hija de 7 años

La Audiencia declara probado que el progenitor hizo tocamientos a la niña una noche y le retira la patria potestad durante otros cuatro años.

El acusado, durante el juicio celebrado este viernes en la Audiencia Provincial.
El acusado, durante el juicio celebrado este viernes en la Audiencia Provincial.
Heraldo

La Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a Jonathan B. G. a cuatro años y un día de prisión por abusar sexualmente de su hija de 7 años. Además de la pena de cárcel, el tribunal le priva de la autoridad familiar (patria potestad) durante un periodo similar y le impide comunicarse o acercarse a menos de 100 metros de la menor durante cinco años y un día. Igualmente, en un periodo de siete años no podrá trabajar en ninguna profesión relacionada con menores de edad.

Los abusos se cometieron en la noche del 7 de diciembre de 2016. La menor, que en esa fecha tenía 7 años, solo veía a su padre durante los fines de semana establecidos por sentencia, ya que la pareja estaba separada. Coincidiendo con el puente de la Constitución, la niña estaba pasando esos días con su progenitor en casa de su abuela paterna.

La sentencia da por probado el relato de la menor, que fue avalado por el informe elaborado por la psicóloga y la trabajadora social del Instituto de Medicina Legal de Aragón. La niña contó que esa noche su padre había estado en un concierto y de fiesta y que cuando llegó a casa ella ya estaba durmiendo.

"Pero tuve una pesadilla, me desperté asustada y me metí en su cama", explicó en la vista oral. "Me quedé dormida de nuevo -continuó-, pero después empecé a notar que me tocaba las tetillas, el chirri y el culo", manifestó durante la vista oral, en la que declaró tras un biombo.

La niña añadió que no entendió muy bien lo que estaba pasando, pero que no le gustó y decidió levantarse de la cama. "Pero me agarró y trató de retenerme. Mi padre nunca me había tocado así. Lo noté raro, estaba como ido", aseguró. Después, ella se fue al salón de la vivienda y se puso a escribir la carta a Papá Noel.

El acusado siguió durmiendo y cuando se levantó se llevó a la pequeña a visitar belenes. En ese momento la niña no le comentó ni le preguntó nada sobre lo sucedido; fue al llegar a casa de su madre cuando le explicó lo ocurrido a su abuela materna. Esa misma noche, la madre acudió con la niña a comisaría a formular una denuncia contra el padre por presuntos abusos sexuales.

El acusado negó durante el juicio haber tocado a la niña y menos con intención sexual. Añadió que no entendía cómo había acabado en el banquillo acusado de unos hechos tan graves e insinuó que su excompañera o la abuela materna podrían haber manipulado a la menor.

Sin embargo, el tribunal de la Sección Tercera ha dado total credibilidad al relato de la niña y al informe psicosocial del IMLA. Las profesionales ratificaron que durante la entrevista que mantuvieron con la menor esta cumplió los requisitos de credibilidad, de acuerdo con los sistemas de evaluación que se usan en estos casos, y que sus explicaciones fueron coherentes y verosímiles. Tampoco hallaron indicios de que su relato hubiera sido dirigido por terceros.

La defensa del acusado solicitó la aplicación de la atenuante de dilaciones indebidas en el procedimiento, petición que ha sido desestimada por el tribunal. La Audiencia condena al padre a abonar una indemnización a su hija en concepto de daños morales y al pago de las costas, incluidas las de la acusación particular, a cargo del abogado Carlos de Bonrostro, al entender que su intervención ha sido de utilidad procesal para dilucidar el caso.

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