tarazona y el moncayo

‘Graffitis de otro tiempo’, un estudio de los grabados del palacio episcopal

Un nuevo hallazgo ayuda a poner en valor el trabajo del Centro de Estudios Turiasonenses.

José Ángel García Serrano, durante la presentación del libro en Tarazona
José Ángel García Serrano, durante la presentación del libro en Tarazona
Nora Bermejo

El Centro de Estudios Turiasonenses (CET) acaba de publicar ‘Graffitis de otro tiempo’, cuyo autor es José Ángel García Serrano, miembro del área de arqueología del CET y responsable también de una primera publicación en 2012 sobre los grabados existentes en el palacio episcopal de Tarazona.

"Enseguida empezamos a ver que había nuevos graffitis, sobre todo en una zona que llamamos las celdas ocultas, porque estaban tapadas desde hace más de cuarenta años por una trampilla con un acceso muy complicado", recuerda García Serrano. Finalmente, se decidió entrar, quitar la trampilla y acceder a estas estancias con una escalera de ocho metros, "casi jugándonos la vida".

En esta ocasión se descubrieron 256 figuras y más de un centenar de inscripciones, todos más antiguos que los primeros que se descubrieron. "La fecha más antigua que hemos encontrado es 1501, hasta 1753, por lo tanto, abarca una cronología muy amplia ya que en el caso anterior se arrancaba desde el siglo XVIII", explica el arqueólogo.

Hay también grabados de tipo religioso, pero destaca el hallazgo de un grupo "muy interesante" de graffitis de temática militar que incluyen figuras, barcos, armas y algunos refranes con alusión directa al ejército de la época, que eran los tercios. "Aquí en Tarazona estuvo preso alguien que luchó en los famosos tercios españoles, temidos en toda Europa. Se apellidaba Morales, puso la fecha 1531 y escribió su grito de batalla antes de entrar en combate que era algo así como ‘muera la vida y la fama siempre viva’, dentro de ese concepto del honor y la fama que era tan típico del siglo XVI", detalla el autor del libro.

El estado de conservación de este conjunto de grabados es "pésimo". "Lo primero que descubrimos al subir a las celdas ocultas fueron las grietas, en las que cabe el puño y que pone en peligro todos los graffitis, por eso nuestro empeño por publicar cuanto antes, para que se conserven como parte del patrimonio de Tarazona", asegura José Ángel García Serrano quien insiste en que "es muy posible que en unos pocos años se acaben destruyendo si no se interviene antes. Son unas grietas enormes en una zona de palacio que está oculta, que no aparece ni siquiera en los planos de los arquitectos".

Desde el área de arqueología del CET no descartan que haya más sorpresas en el palacio episcopal. "Precisamente junto a estas dos celdas ocultas hay una pared que tiene pinta de que está tapiando un espacio", afirma.

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