sucesos en zaragoza

Doce años de cárcel por un asalto armado con heridos en un piso de La Magdalena

Los tres agresores se presentaron en la vivienda con un machete y una pistola, con la que encañonaron y golpearon a las víctimas.

Calle de San Agustín, en la Magdalena, donde gana Unidas Podemos.
El asalto se produjo el pasado 14 de julio en una vivienda del barrio de La Magdalena de Zaragoza
P. F.

El Juzgado de lo Penal número 4 de Zaragoza acaba de condenar a tres jóvenes a penas que suman doce años de prisión por el asalto violento perpetrado el pasado 14 de julio en una vivienda del barrio de La Magdalena, donde se presentaron armados con una pistola y un machete de grandes dimensiones al grito de «dadnos el speed y el dinero». Los delincuentes –a los que acompañaba un menor, que también fue detenido– llegaron a encañonar a varios de los ocupantes de la vivienda, a los que amenazaron con apretar el gatillo si no atendían sus exigencias. Finalmente, fueron dos las personas que resultaron heridas: no por arma de fuego, sino como consecuencia de las numerosas patadas y golpes –algunos de ellos en la cabeza, efectuados con la culata del revólver– que les propinaron los acusados.

En el apartado de hechos probados, la sentencia deja claro que, durante el atraco, los asaltantes insistieron varias veces en que querían «speed y dinero». De hecho, pusieron la casa patas arriba buscando droga, aunque lo único que encontraron fue un bote con unos 70 gramos de marihuna.

Durante la fase de instrucción, José Tomás Motos Procas, Reni Moisés Sigcha Patango y Nabil Bendari Santamaría lo negaron absolutamente todo: incluso haber estado aquella tarde en este domicilio de la calle del Río de Zaragoza. Sin embargo, una vez en el juicio, los tres encausados cambiaron de versión y reconocieron que estuvieron allí, pero no para robar speed sino para comprarlo. Es más, trataron de convencer a la magistrada de que fue una discusión por el precio de la droga lo que desencadenó el altercado.

Según estos, les habían ofrecido el speed a siete euros, pero luego, con la excusa de que la droga era muy buena, intentaron cobrárselo a doce. Sin embargo, la jueza no da credibilidad a esta versión y basándose en las declaraciones de las víctimas da por sentado que su irrumpieron en la vivienda de forma violenta.

Tras la detención de los agresores, la Policía Nacional practicó varios registros domiciliarios en busca de la pistola y el machete que esgrimieron durante el asalto. La búsqueda resultó infructuosa, pero el testimonio de los heridos y sus lesiones –uno de ellos sufrió una fráctura de suelo de la órbita derecha y precisó de tratamiento quirúrgijo– llevan a la juez a dar por probada la existencia de estas armas.

Además de condenarlos a prisión –a José Tomás Motos a tres años y medio y a los otros dos, a cuatro años y tres meses–, la juzgadora les obliga a indemnizar a las víctimas con 8.218 euros.

Condenados por otro robo violento en Maella

Tres hombres, Ismael P. B., Óscar L. R. y José Ramón G. C., fueron juzgados este miércoles en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza por otro robo con violencia perpetrado hace ya siete años en una vivienda del municipio de Maella. Como consecuencia de asalto, en el que también intervino una menor, resultó herido uno de los inquilinos de la casa, al que los delincuentes propinaron «múltiples patadas» hasta hacerlo caer al suelo, donde continuaron agrediéndolo, causándole lesiones de las que tardó 21 días en sanar.

La Fiscalía pedía inicialmente casi cinco años de prisión para cada uno de los acusados por un delito de robo con violencia en casa habitada, así como sendas multas por las lesiones. Sin embargo, las defensas –a cargo de los letrados Olga Oseira, Carlos Castillo y Javier Catalán– llegaron a un acuerdo con la acusación pública que permitió rebajar las condenas a un año y medio de cárcel.

Para cerrar los pactos, los encausados tuvieron que reconocer previamente los hechos. Ello hizo que el ministerio público les apreciara las atenuantes de reparación del daño –han abonado 800 euros en concepto de indemnización– y dilaciones indebidas –ya que la instrucción del caso en el Juzgado de Instrucción de Caspe se ha prolongado casi siete años–.

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