urbanismo

De local a vivienda, un modelo que funciona en Madrid y Barcelona, ¿pronto en Zaragoza?

El Ayuntamiento está abierto a estudiar, de forma controlada, los cambios de uso de inmuebles que lleven años cerrados.

Loft a la venta en Madrid que antes fue un local comercial.
Loft a la venta en Madrid que antes fue un local comercial.
IDEALISTA

Las calles de Zaragoza agrupan casi 1.900 locales comerciales vacíos. Espacios que antaño fueran fruterías, quioscos, pequeñas boutiques, carpinterías o talleres mecánicos hoy son inmuebles con una complicada salida en el mercado inmobiliario y cuya principal función es la de acumular polvo. Los intentos municipales durante los últimos años para darles una nueva vida no han resultado fructuosos y, por ello, el área de Urbanismo ha comenzado a ver con buenos ojos, a diferencia de la anterior corporación, los posibles cambios de uso.

Si bien la prioridad pasa por mantener el enfoque comercial de estos espacios, en el Consistorio se entiende que hay locales con una acreditada situación de abandono a los que hay que buscar una alternativa y que, en puntos concretos de la ciudad y en situaciones específicas, se podrían abordar las modificaciones necesarias. "Todavía no hay un proyecto sobre la mesa, pero el Ayuntamiento no se cierra a esta posibilidad, de la que habría que estudiar todos los aristas", subrayan desde la concejalía. La idea pasa por favorecer la implantación de negocios alternativos, pero también aparcamientos y viviendas.

El modelo lleva tiempo desarrollándose en varias ciudades españolas, sobre todo en Barcelona y Madrid. Solo en la segunda ya hay más de un millar de 'lofts' ubicados en los bajos de edificios residenciales. Son viviendas de tipo estudio, que por norma general cuentan con una estancia amplia que agrupa salón y cocina y que rara vez tienen más de dos dormitorios. Destacan por ser diáfanos y contar con ventanales en una de las paredes que solventen la iluminación de gran parte de la casa.

El fenómeno en la capital del país se ha extendido de forma homogénea por toda la ciudad, si bien en los distritos céntricos está sobre todo motivado por las viviendas de uso turístico. La agente de la propiedad madrileña María José Tavárez indica que "este tipo de lofts suelen encontrarse, especialmente, en aquellas calles con poco tránsito peatonal, donde es una obviedad que los comercios tienen difícil arrancar en algún momento y los propietarios de los mismos no obtienen rentabilidad alguna, por lo que buscan una salida a ese activo dándole forma de vivienda".

Un estudio a pie de calle en Barcelona.
Un estudio a pie de calle en Barcelona.
Imagen cedida por IDEALISTA

La experta recuerda que "el mercado inmobiliario en ciudades como Madrid o Barcelona se ha puesto muy cuesta arriba para las personas jóvenes, sin ahorros o con ingresos muy ajustados, por lo que hay solteros y parejas jóvenes con profesiones liberales que optan por esta posibilidad". Ese sería el perfil más habitual de morador en un 'loft', un modelo que "todavía no ha arraigado demasiado en las inmobiliarias, funciona más entre particulares, ya que con una reforma integral de mínimos se pueden acondicionar perfectamente muchos inmuebles cuyo valor, de entrada, es muy inferior al de un piso". El precio medio del metro cuadrado es un 50% inferior al de una vivienda en altura y su rentabilidad puede llegar a ser un 30% superior.

En Barcelona el fenómeno no se queda atrás respecto a Madrid. La ciudad catalana ha visto cómo la reconversión de negocios en casas habitables se ha triplicado en apenas un lustro, tal y como lo demuestran las licencias otorgadas por el Consistorio liderado por Ada Colau. Los requisitos del segundo municipio del país se centran en el tamaño de la fachada (se debe cumplir con un mínimo para asegurar que los residentes tendrán iluminación suficiente, que se compaginará con la intimidad mediante cristales traslúcidos), en la altura de todas las partes del local y en que pueda tener ventilación natural.

¿Qué trabas hay en Zaragoza?

La normativa actual en Zaragoza es bastante restrictiva a la hora de acometer este tipo de obras. Se exige una altura mínima de la puerta, que no puede en ningún caso estar a ras de acera. Las entradas de luz y la ventilación juegan también un papel esencial, unas limitaciones que vienen delimitadas en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) vigente. Este mismo documento determina que ninguna vivienda de la ciudad puede tener una dimensión inferior a los 38 metros cuadrados.

Además, si el salón tiene una ventana a un patio interior, el perímetro de éste nunca estará por debajo de los nueve metros cuadrados. Por si todo lo anterior no fuese suficiente, hay muchos bloques que tienen un plan especial en el que se marca un número máximo de viviendas, que por norma general ya se ha alcanzado.

El Ayuntamiento establecerá una mesa de debate con los grupos de la oposición y con los propios comerciantes, que llevan tiempo reclamando iniciativas para reactivar los espacios a pie de calle sin vida.

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