tribunales en zaragoza

Un hombre se enfrenta a 50 años de cárcel acusado de abusar de las 3 hijas de su pareja

La Fiscalía mantiene que el procesado se aprovechó de la relación sentimental que mantenía con la madre de las chicas para abusar sexualmente de ellas cuando eran menores de edad.

La Audiencia Provincial ha absuelto a la farmacéutica acusada.
La Audiencia Provincial ha absuelto a la farmacéutica acusada.
Raquel Labodía

La Audiencia de Zaragoza sentó este viernes en el banquillo de los acusados a un zaragozano, identificado como A. H. G., por los abusos sexuales continuados a los que presuntamente sometió a las tres hijas de su entonces pareja. Según la Fiscalía, que pide penas que suman 50 años de prisión para el supuesto agresor, los hechos se habrían producido entre los años 2009 y 2014, cuando las tres hermanas eran aún menores de edad. Actualmente, dos de ellas tienen ya más de 18 años, pero, dada la naturaleza del delito, el tribunal de la Sección Primera optó por celebrar la vista a puerta cerrada y las denunciantes declararon detrás de un biombo.

La madre de las chicas denunció los abusos en cuanto supo que se estaban produciendo. Para entonces, la única que no había alcanzado la mayoría de edad era la pequeña, por lo que esta fue explorada por las psicólogas del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), mientras que sus dos hermanas prestaron declaración ante el juez instructor. Durante el juicio, las tres coincidieron en señalar que el procesado se aprovechó de la relación que mantenía con su madre para abusar sexualmente de ellas.

Sin embargo, el abogado de la defensa, JuanCarlos Macarrón, niega rotundamente la acusación y cree que tras esta denuncia hay «algo oscuro». El letrado cuestiona la credibilidad de las denunciantes y recuerda que no hay ningún parte médico ni prueba, más allá de los testimonios incriminatorios de las tres hermanas, que permita condenar a su cliente, que en ningún momento entró en prisión por estos hechos.

Visto para sentencia otro juicio por un caso similar

La Audiencia Provincial de Zaragoza dejó este viernes visto para sentencia el juicio contra

Vasile M., acusado de abusar sexualmente de la hija de su compañera sentimental. La menor, que tenía 11 años cuando sucedieron los hechos, contó que el hombre, con quien había convivido desde los 6 años, comenzó a besarle en la boca y a hacerle tocamientos de carácter sexual cuando se instaló definitivamente en el piso con su madre y con ella tras perder su trabajo en Madrid.

El encausado lo niega y asegura que todo es un invento de la niña para irse a vivir con su padre al Reino Unido. Sin embargo, el informe psicológico-social elaborado por profesionales del Instituto de Medicina Legal de Aragón revela que el relato de la menor es totalmente creíble, carece de fisuras y ha sido persistente en el tiempo.

De hecho, como recordó la abogada de la acusación particular, Sonia González, la menor ha tenido que declarar cinco veces desde que los hechos fueron denunciados (en la Policía, el juzgado, dos veces en el IMLA y una ante los magistrados de la Audiencia) y siempre ha contado lo mismo. «A pesar de que quiere olvidar lo ocurrido», manifestó la letrada.

«Es una niña muy normal, sin tendencias disociales, es reflexiva, madura para su edad y carece de experiencia y conocimientos sexuales», señaló una de las peritos. Sobre el acusado, aseguraron que tampoco tiene patologías mentales y lo definieron como introvertido, distante, planificador y manipulador. «Tiende a ser inmaduro, egocéntrico y querer ser el centro de atención», dijeron.

«Es una niña muy normal, sin tendencias disociales, es reflexiva, madura para su edad y carece de experiencia y conocimientos sexuales»

Las profesionales también se entrevistaron con la madre –puesta en entredicho durante el juicio porque no apoyó a la niña– y explicaron que les dijo que no la creyó porque pensaba que tenía celos y estaba influenciada por la abuela. No obstante, cuando declaró ante el tribunal hace unos días aseguró que ahora sí la cree.

La Fiscalía mantuvo la acusación contra Vasile M. y solicitó cinco años de prisión, mientas que la acusación particular pidió ocho. Ambas destacaron la credibilidad de la menor y que no tenía ningún motivo para mentir, porque la relación entre sus padres, a pesar de estar separados, era buena y podría haberse ido a vivir con su progenitor si hubiera querido.

La defensa, por su parte, pidió la absolución argumentando que existen «dudas» y «contradicciones». Añadió que piensa que o bien se lo ha «inventado» o ha sido «adoctrinada» para irse a vivir con su padre.

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