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Los zaragozanos ya tenían pista de hielo en los años 70

Se llamaba 'El Ibón', estuvo abierta en la calle Cinco de Marzo, donde ahora hay un supermercado, y supuso toda una novedad. Algunos veteranos siguen todavía encima de unos patines más de cuarenta años después.

Deslizarse sobre el hielo se ha convertido en las últimas Navidades en una tradición para algunas familias en Zaragoza, una ciudad en la que quedan un poco lejos los deportes de invierno, que se dejan para la vecina Huesca. La visita del campeón mundial de patinaje Javier Fernández en octubre pasado con su espectáculo, que convirtió el pabellón Príncipe Felipe en una pista de hielo, ha sido lo más cerca que han estado algunos este año de los deportes blancos en la ciudad (sin contar la televisión) hasta que ha llegado la pista temporal que se instala en Navidades en la plaza del Pilar. Está pendiente todavía de abrirse la exterior que se habilita en parte del lago del centro comercial Puerto Venecia. 

Aunque pueda parecer una actividad novedosa para una ciudad como Zaragoza, esta ya tuvo una pista de hielo abierta todo el año en los años 70, de la que incluso salió un equipo de hockey sobre hielo. Según el archivo municipal, y como quedó constancia en la prensa local, su apertura se produjo el 1 de diciembre de 1973 con el nombre de Palacio de Hielo 'El Ibón'. Todavía está en la memoria de algunos de los espectadores más mayores de la pista de hielo de la plaza de El Pilar y de algunos de los patinadores. 

Iba tanta gente que había días que no se veía el hielo", recuerda Ángel Rubio, que estrenó aquella primera pista y que sigue calzándose unos patines a sus 71 años. Su afición le llegó de niño cuando le regalaron unos patines "de ruedas de madera y la correa de cuero, que me duraron un mes porque los destrocé", confiesa. Entonces los patines básicos calcula que valían unas 200 pesetas. Ahora es uno de los voluntarios que ayudan a los que tienen más dificultades para mantenerse en pie cuando se ponen las botas en la plaza del Pilar. Y no se quita las suyas ni para la pausa del café. Afirma que para la ciudad 'El Ibón' fue toda una novedad. 

Frontón, cine y supermercado

El edificio que albergó la pista de hielo fue en sus orígenes el Frontón Jai-Alai, inaugurado en 1932 en la ahora calle Cinco de Marzo. Después pasó a convertirse en el Cinema Frontón, que aun recuerdan algunos vecinos de la zona, una gran sala con 1.250 localidades, según el archivo del Ayuntamiento de Zaragoza. En 1963 volvió a su actividad originaria como frontón hasta que diez años años después se instaló la pista de hielo. En las últimas décadas ha sido un lugar ocupado por un supermercado, originalmente de la enseña aragonesa Galerías Primero, que tras su desaparición ha ido pasando por varios cambios de nombre, hasta la actual La Plaza de Dia. No se conserva nada en el interior que recuerde que hubo allí una pista de hielo, aunque muchos de los que trabajan en la tienda conocen la historia.

"Nada más entrar estaba la pista. Subías unas escaleras con los patines y llegabas a la cafetería por una rampa. Era de madera muy majo", explica sobre el interior Mercedes, una zaragozana asidua al centro en sus primeros años. Tanto le gustó que "al final me compraron unos patines". "Iba las primeras veces que empezabas a salir con las amigas. Allí pasábamos la tardes patinando hasta las 20.30", cuenta, volviendo a sus 16 años.

En la noticia que se publicó en 'Heraldo de Aragón' el día anterior a su inauguración se explicaba que la pista medía 45 por 20 metros. Entre sus servicios se enumera en la información que había una "máquina de alisar hielo y foso de nieve; almacén de patines, vestuarios, botiquín, jefe de pista y dirección, bar de patinadores, restaurante-snack club, zona de espectadores de pie y sentados, graderío, club de juventud, calefacción en ambientes y tienda de artículos deportivos", entre otros. Funcionaba por la tarde y en sesión nocturna, desde las 16.00 a las 23.00. En la cafetería, llamada Formigal Hielo, se ofrecían platos combinados y cenas.

"Fui una vez a patinar, bueno, a caerme", confiesa Carmen Esparza, profesora retirada que acude ahora como público a la plaza del Pilar. Viendo a los niños deslizarse explica que hoy en día es frecuente ir a la pista de hielo de Jaca, en Huesca. "Todos estos niños habrán ido alguna vez", aunque sea en una excursión escolar. Además de quienes tienen segunda vivienda. Algo que no estaba al alcance de todos en su época. "Al principio fue un 'boom', pero luego no tanto", reconoce. Entonces tenía 20 años. Aunque no cogió afición al patín, que dejó desde ese día, lamenta que haya habido "un vacío tremendo".

Mercedes solo volvió a patinar décadas después en la pista de hielo que durante unos años se abrió en el centro comercial Augusta de la avenida de Navarra. En ella también se citaban nostálgicos de 'El Ibón' en 2008.

La pista no solo sirvió para el deleite de los aficionados sino que llegó a formarse un equipo de hockey sobre hielo del mismo nombre, aunque duró solo unos años. Ángel estuvo ligado a ese deporte porque venía del hockey sobre ruedas, con más tradición en la ciudad. Terminó por sacarse el título de entrenador nacional y compaginar esta actividad con su trabajo en una empresa de inyección de plásticos. Pasó por el C. N. Helios, Casablanca, Salesianos y Maristas. Su afición le ha llevado a seguir formando a patinadores sobre ruedas. Ahora con sus patines en línea enseña de forma altruista a principiantes de todas las edades en Patinar Zaragoza con rutas en emplazamientos como el Parque Grande-José Antonio Labordeta o por la ciudad.

Y quienes disfrutan de esta práctica afirman que nunca es tarde para aprender. "Yo empecé a patinar a los 50 años. Se puede", asegura Aquiliano Peña, que tiene ahora 58 años, otro de los voluntarios que demuestra su buen hacer sobre el hielo en la pista de la plaza del Pilar. Es uno de los últimos alumnos de Ángel, con el que comenta recuerdos sobre hielo de su casi medio siglo patinando.

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