El nuevo espacio cultural del parque de La Granja abrirá sus puertas la próxima primavera. Esa es al menos la fecha que se ha fijado el Ayuntamiento de Zaragoza, después de que el proyecto acumule un retraso de cerca de un año respecto a las previsiones iniciales. Ahora las obras avanzan a buen ritmo para completar una instalación que destacará, ante todo, por su cúpula de 15 metros de altura.

El proyecto, redactado por el servicio de Arquitectura del Consistorio, fue aprobado por el anterior equipo de gobierno de Zaragoza en Común (ZEC) en junio del año pasado, pero no se adjudicó hasta enero de este 2019 a la constructora Iberco. El coste final acordado asciende a 887.000 euros. La infraestructura se sitúa en la esquina sureste del parque, cerca del centro deportivo municipal La Granja y de la estación de cercanías de Miraflores. El plazo inicial de ejecución de las obras era de ocho meses.

Tal y como definió el Ayuntamiento, una de las características de la infraestructura será su permeabilidad, dado que se podrá acceder al espacio central a través de los diferentes huecos de su perímetro. En cualquier caso, el elemento más reconocible del proyecto es su cúpula, que está estructurada con un sistema de malla triangulada de barras de acero galvanizado. El objetivo de esta disposición es habilitar un espacio de encuentro en el parque, para facilitar las relaciones sociales en su interior.

Al estar montada mediante uniones atornilladas, esta cúpula se puede desmontar y trasladar donde sea preciso. Además, permite colocar un cerramiento impermeable y traslucido, sujeto con cables y sirgas, con el objetivo de proteger a los usuarios de la lluvia.

Al margen de la cúpula, los arquitectos municipales han previsto un escenario adosado a la plaza, donde la malla de barras de acero se levanta para crear un espacio circular. El pavimento se divide a su vez en piezas triangulares de colores, con escalones y rampa de acceso al escenario.

Vigilancia

El anuncio del nuevo equipamiento tuvo una gran acogida entre los residentes de la zona. Sin embargo, desde la asociación de vecinos de San José han solicitado un par de mejoras que inicialmente no están contempladas en el proyecto. Por un lado, la instalación de cámaras de videovigilancia, o incluso aprovechar las presentes en la estación de Miraflores, para «evitar el vandalismo», apuntan. También quieren que el Ayuntamiento incorpore urinarios.