investigación

Zaragoza analiza el impacto del tráfico en la calidad del aire con 10 nuevos sensores

Raquel Trillo, ingeniera informática y experta en Computación del I3A, coordina el proyecto europeo TRAFAIR, que estudia la contaminación atmosférica en seis ciudades de España y Europa, entre ellas, Zaragoza. 

José Antonio Yagüe, Raquel Trillo-Lado, Blanca Rosa y Pablo Laguna junto a uno de los sensores que mide la calidad del aire en Zaragoza.
José Antonio Yagüe, Raquel Trillo-Lado, Blanca Rosa y Pablo Laguna junto a uno de los sensores que mide la calidad del aire en Zaragoza.
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Hasta diez nuevos sensores medirán la calidad del aire en Zaragoza y los efectos que el tráfico tiene en esta cuestión. Esta investigación de la Universidad de Zaragoza forma parte del proyecto europeo TRAFAIR, en el que también colaboran otras cinco ciudades de España e Italia. Uno de los objetivos es que, a través de una aplicación móvil, los ciudadanos puedan consultar cuál es la ruta menos contaminada, una cuestión de vital importancia si tenemos en cuenta que la contaminación ocasiona 400.000 muertes en Europa. 

Como parte del proyecto TRAFAIR, la Universidad de Zaragoza ha implantado 10 dispositivos en Zaragoza que miden de manera constante la calidad del aire. Estos aparatos están instalados en varios edificios dependientes de esta institución como en el campus río Ebro y la facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo. Asimismo, se ubicarán en la facultad de Veterinaria y en el edificio Paraninfo. 

"La intención es cubrir prácticamente toda la ciudad y utilizar los datos obtenidos junto a la predicción meteorología y el trafico alrededor de la ciudad para predecir la calidad del aire en los próximos días", ha destacado Raquel Trillo-Lado, ingeniera informática del Instituto de Investigación de Ingeniería en Aragón (I3A) y directora del grupo aragonés, en la presentación de este proyecto que estos días reúne en la capital aragonesa a 30 personas de los nueve consorcios que participan.

Se prevé que estos datos se puedan mostrar a través de una aplicación móvil, que recomiende a los ciudadanos "cuáles son las rutas que pueden seguir para estar menos expuestos a los niveles de contaminación y para que también puedan contribuir a una menor generación de contaminantes". El proyecto está cofinanciado por la Unión Europea con 2,2 millones de euros, de los cuales 350.000 corresponden al grupo de la Universidad de Zaragoza. 

Las otras ciudades que participan son: Florencia, Modena, Livorno, Santiago de Compostela y Pisa. "Para su elección, se ha tenido en cuenta la densidad de población, ya que permite comparar cuál es la situación en unas y otras", ha explicado Trillo-Lado. Como ejemplo, ha señalado que en Santiago de Compostela es pequeña y llueve mucho, por lo que "los niveles de contaminación bajan a tierra". "Zaragoza es una ciudad más grande en la que apenas llueve. Las partículas se quedan en el aire. Afortunadamente, tenemos el cierzo que se las lleva y el nivel de contaminación no es grande", ha subrayado.

¿Cómo funcionan los sensores?

Estos sensores, que se colocarán 10 en cada ciudad participante, miden los niveles de CO2, NO2 y ozono. Todo ello a través de una estructura que cabe en una pequeña caja. "Estos aparatos no son tan precisos como las estaciones legales que utiliza el ayuntamiento, que tienen un coste mucho más elevado, de unos 3000.000 euros cada una; sin embargo, sí que ofrecen información de referencia suficiente para llevar a cabo estas mediciones. Además, al ser más barato podemos ponerlo en diferentes puntos de la ciudad", ha recalcado de la investigadora.

Al mismo tiempo, ha explicado que estas cajas recogen información de manera continua, pero ésta se retransmite al centro de datos del I3A cada 15 minutos. "Queremos optimizar estos recursos computacionales porque actualmente para predecir la calidad del aire de 24 horas necesitamos 46 horas de computación. Eso no es viable. Nuestro objetivo es reducir el tiempo para calcular esta predicción", ha subrayado. 

La vicerrectora de Política Científica de la Universidad de Zaragoza, Blanca Ros, ha remarcado que este proyecto supone una mejora en el funcionamiento de la actividad de la sociedad. Una opinión que ha compartido José Antonio Yagüe, director de la EINA, quién ha recordado que la importancia de obtener fondos europeos para la realización de estos proyectos a la Universidad de Zaragoza, además de recalcar la relevancia de las ingenierías y la arquitectura en las actividades del día a día, "aunque no lo veamos". 

El director del I3A, Pablo Laguna, ha puesto el foco en la preocupación por el cambio climático y ha señalado que luchar contra él es una de las apuestas del grupo de cara a los próximos años. No hay que olvidar que, según los datos de la OMS, en Europa fallecen unas 400.000 personas debido a los efectos de la contaminación, "principalmente en las ciudades". Este "asesino invisible" provoca el 29% de las muertes de cáncer de pulmón, el 24% de las ocurridas tras un derrame cerebral, el 25% por cadiopatías y el 43% de las enfermedades respiratorias. 

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