crimen de los tirantes

Odio o miedo: Lanza aguarda el veredicto que marcará su vida

Tras escuchar a una treintena de testigos y peritos, el jurado del crimen de los tirantes decidirá esta próxima semana si el acusado quiso o no matar a Víctor Laínez y si lo hizo por odio ideológico o por miedo.

La nueva imagen de Rodrigo Lanza
Rodrigo Lanza y su letrado, durante una de las sesiones del juicio celebrado esta semana
Guillermo Mestre

Por lo que ha declarado esta semana en el juicio, si pudiera dar marcha atrás la noche del 8 de diciembre de 2017 no habría ido a los bares que fue ni hubiera reaccionado como lo hizo. Pero no puede y ahora debe afrontar las consecuencias de sus malas decisiones. Rodrigo Lanza Huidobro, de 35 años, ha afrontado esta semana el juicio que será decisivo para su vida.

Un jurado popular, compuesto por nueve personas (seis mujeres y dos hombres, más dos varones suplentes) será quien decida si Lanza asesinó a Víctor Laínez Muntané, de 55, con alevosía, ensañamiento y motivos ideológicos; o si, como él mantiene, fue un homicidio imprudente producto de un empujón y un golpe en la cabeza contra el suelo en una acción de legítima defensa porque la víctima le atacó con una navaja y temió por su vida. 

Actuó, según mantiene, influenciado por el alcohol y un trastorno mental producto de la "reacción en cortocircuito" que tuvo por un "impulso instintivo e irresistible" de defensa de su vida.

Los juicios con jurado son complicados y abogados y fiscales tienen que esforzarse por hacer entender a nueve personas legas en derecho cuestiones jurídicas trascendentales para el caso. La fiscal Ana Cabeza fue la primera en exponer al tribunal popular las conclusiones a las que había llegado para pedirles que declaren al acusado culpable de asesinato.

La fiscal les contó que Lanza llegó al bar Tocadiscos con un amigo y dos chicas a las que acababa de conocer. Su amigo vio a Laínez en la barra y comentó que era un "nazi" que solía ir por el barrio con tirantes con la bandera de España. 

Por "chulería", por aparentar que era un "tipo duro" y por "impresionar" a las dos jóvenes –"ahora no lo volvería a hacer, pero me acerqué a él... supongo que para hacerme el importante o algo así", dijo llorando al psiquiatra que lo examinó– Rodrigo Lanza se levantó y fue a hablar con él.

Él siempre ha contado que la conversación fue muy breve y que Víctor Laínez le preguntó de dónde era y que al responderle que de Chile, le hizo un comentario de desprecio tipo "los sudacas como tú no deberían estar aquí". Pero Lanza nunca ha revelado lo que él dijo a la víctima. Fueron sus propios acompañantes los que han contado que, al volver a la mesa, les relató que le había soltado a Laínez que la Magdalena es un espacio antifascista y no tenía sentido que estuviera allí.

Tras la conversación los cuatro jóvenes se sintieron "incómodos" y decidieron irse. Al salir del local –con dos puertas y un hueco entre ambas– Víctor Laínez se levantó y en ese espacio y sin salir a la calle le volvió a decir algo o discutió con él. 

Un minuto después, como mantienen las acusaciones, la víctima regresó andando tranquila a su banqueta y, de repente, Lanza, que se había despojado de su mochila entre las dos puertas, entró casi corriendo y le golpeó por detrás en la cabeza.

"Probablemente le dio con un objeto contundente, pero no fue encontrado", señaló la fiscal. Tras caer al suelo inconsciente le dio puñetazos y patadas en la cabeza.

"No se dejen confundir. No había arma. Rodrigo Lanza no actúa así para defenderse; no es una pelea frente a frente. Fue a traición, de forma repentina y por detrtás. Lo atacó porque detestaba y despreciaba la estética y la ideología de ese señor. Les ruego que utilicen el sentido común", pidió la fiscal al jurado. Algo similar plantearon las acusaciones ejercidas por la familia de la víctima y el partido ultraderechista Vox.

La defensa del acusado también apeló al buen juicio de los miembros del jurado y les pidió que ampliaran su "campo de visión". Inició su primer alegato advirtiéndoles de que se trata de un caso "complejo", lamentando la muerte de la persona fallecida y añadiendo que su representado "no es responsable" de esos hechos y no debería estar privado de libertad y menos, en aislamiento.

"Les pido que analicen si existen otras posibilidades distintas a la versión de las acusaciones. Nos dan una historia mascada y quieren que nos sumemos a lo que dicen: a un pensamiento único. Pero su versión chirría"

Les recordó que, de acuerdo con el principio de presunción de inocencia, son las acusaciones quienes deben probar que es culpable y no la defensa que es inocente. Esta próxima semana el jurado emitirá su veredicto y se sabrá quién ha convencido a quién.

Perfiles de los abogados de las distintas partes

Endika Zulueta

Endika Zulueta, abogado de Rodrigo Lanza

Letrado de ‘El Egipcio’ del 11-M y bajo en la banda de punk Familia Real. Endika Zulueta nació en San Sebastián y vive en Madrid. Miembro de la Asociación Libre de Abogados y Abogadas, uno de sus éxitos ha sido lograr la absolución del supuesto cerebro de los atentados del 11-M de 2004 en Atocha, Rabei Osman, conocido como Mohamed El Egipcio. Defensor de activistas de movimientos alternativos y antiglobalización, llevó el caso, por citar alguno, del actor Willy Toledo o de una acusada del entramado abertzale de Jarrai-Haika-Segi, a la que sacó absuelta. En Aragón, se dio a conocer a finales de los 90 por la defensa de un joven de Roda de Isábena (Huesca) acusado de matar de un navajazo a otro joven de los seis que le agredieron por su estética punky. El Supremo absolvió al oscense al aplicarle la eximente completa de legítima defensa y de miedo insuperable. Estudió en Tenerife, donde formó parte de Familia Real, banda pionera del punk en España.

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El abogado zaragozano, Juan Carlos Macarrón, este miércoles en el cementerio de Torrero.

Juan Carlos Macarrón, abogado de la familia de Víctor Laínez

De la mafia policial al ataque con ácido a un menor en Caspe. Juan Carlos Macarrón es el abogado que representa a la familia de Víctor Laínez. Desde el primer momento se propuso conseguir la «máxima pena» para el acusado del crimen, que calificó de «ataque cobarde» al hacerse cargo del caso. Su trayectoria profesional ha sido eminentemente penalista y ya estuvo presente en macrocasos como el de la llamada mafia policial, en el que logró que su representada fuera desimputada tras cuatro años de instrucción judicial. En su haber constan casos de tráfico de drogas, estafas, explotación sexual, robos, agresiones, homicidios y asesinatos. Recientemente se hizo cargo de la defensa de los dos presuntos autores del ataque con ácido a un joven de 17 años vecino de Caspe, que fue objeto de una cruel venganza por las relaciones, al parecer, de su hermano mayor con el tráfico de drogas. El caso está pendiente de ser juzgado.

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David Arranz

David Arranz, abogado de Vox

Del despacho de abogado de Monzón a diputado en las Cortes de Aragón. David Arranz es abogado y hasta hace un tiempo tenía su despacho en Monzón, su localidad natal. Desde las últimas elecciones autonómicas del pasado 26 de mayo es diputado en las Cortes aragonesas por la provincia de Huesca. Cuando se produjo la agresión que costó la vida a Víctor Laínez y trascendió que podía tener un trasfondo ideológico, la formación ultraderechista Vox solicitó personarse en la causa a través del abogado David Arranz, para «garantizar» que el caso se investigara y persiguiese como un «delito de odio de la izquierda» y no como un acto violento aislado. La juez Mercedes Terrer aceptó su personación como acusación popular. En ese momento estaba en pleno auge el fenómeno de las banderas de España que miles de personas colocaron en los balcones de todo el país como muestra de rechazo hacia el proyecto independentista en Cataluña.

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