Épila reactiva la promoción y reforma de más de 260 viviendas gracias a Bon Área

Promotores e inversores negocian la compra de parte de la reserva de suelo, que ronda los mil pisos.
El Ayuntamiento ultima un plan estratégico para recuperar el casco urbano a partir del próximo año.

La tienda de Bon Área ocupará la planta baja de este edificio del casco urbano de Épila, adquirido por el grupo alimentario.
La tienda de Bon Área ocupará la planta baja de este edificio del casco urbano de Épila, adquirido por el grupo alimentario.
ARANZAZU NAVARRO

La construcción de la plataforma agroalimentaria de Bon Área ya está dando sus frutos en el desarrollo de Épila. Promotores e inversores de la propia localidad, de Zaragoza y de autonomías limítrofes han reactivado la promoción y rehabilitación de más de 260 viviendas en la localidad, lo que representa una cuarta parte de la reserva que suman las áreas de expansión urbanística del municipio.

El interés del Ayuntamiento de Épila se centra en la rehabilitación del degradado casco histórico, para lo que ultima un plan estratégico que pretende lanzar el próximo año con el objetivo de promover que los inmuebles abandonados tengan una segunda oportunidad.

El alcalde, el socialista Jesús Bazán, quiere dar las máximas facilidades a los que quieren invertir en su municipio, para lo que de forma paralela tramita la aprobación de un Plan Generación de Ordenación Urbana (PGOU), que garantizará a los promotores edificar una altura más.

Épila cuenta con 4.600 habitantes y en la plataforma agroalimentarias llegarán a trabajar casi 4.000 cuando esté a pleno rendimiento, por lo que el Ayuntamiento quiere aprovechar la oportunidad para crecer. Bazán es consciente de que «muchos trabajadores» vivirán en Zaragoza porque la distancia por autovía se reduce a poco más de 20 minutos, por lo que se deben preparar para tener oferta suficiente para asentar nueva población.

Las oportunidades de negocio no se han hecho esperar. Un pequeño empresario local, Luis Raúl Giménez, ha decidido dar el salto a la promoción inmobiliaria tras 19 años de experiencia en el sector de la construcción, primero como albañil y desde hace tres años como constructor de subestaciones eléctricas para parques eólicos."Me salió la oportunidad de comprar y ahora estoy con tres promociones para 32 pisos al lado de la plaza de España. Vi la oportunidad de negocio, porque en Épila no hay oferta y los trabajadores de Bon Área se van a tener que ir fuera a vivir", señala.

Giménez comenzará con un primer edificio de doce pisos, que sacará a la venta en diciembre tras haber presentado el proyecto básico en el Ayuntamiento y si no hay contratiempos, empezará las obras la próxima primavera. «Los precios oscilarán entre 75.000 y 95.000 euros en función de su superficie, que irá de los 56 a los 70 metros cuadrados», detalla.

Los propietarios de dos de los cuatro unidades de ejecución que hay en el casco urbano, que suman 40 de los más 80 unifamiliares que pueden albergar, están en negociaciones con promotores interesados en su desarrollo. Estos dos suelos, situados junto a la plaza de toros, suman poco más de 10.000 m2 y son los que más visos tienen de ejecutarse a medio plazo.

No serán los únicos que se posicionarán en la zona consolidada del municipio. El empresario zaragozano Jesús María Sahún ya lo hizo el pasado marzo al adquirir el único hotel de Épila, el Carrasco, que ha "saneado y adecentado" desde entonces y lo ha convertido en base de operaciones para los trabajadores de las obras de Bon Área y de los parques eólicos y fotovoltaicos de la zona. "Tiene 51 habitaciones y, aunque cuesta, lo vamos llenando", señala antes de apuntar que pronto abrirá un segundo restaurante, especializado en brasas.

Sahún subraya que se debe aprender de otras experiencias, como la del matadero de Pini en Binéfar, y promover la rehabilitación en Épila para atender la demanda de los futuros trabajadores de Bon Área. Para ello, en su labor como asesor y consultor, impulsa para inversores la recuperación de varios edificios que suman medio centenar de viviendas. "La racionalidad del gasto dice que lo primero debería ser rehabilitar el pueblo, porque los que vengan a trabajar tendrán una economía muy ajustada", apunta.

No obstante, promotores aragoneses y navarros han entablado conversaciones para adquirir las 4,6 hectáreas situadas junto a las piscinas, una de las cuatro áreas de expansión de la localidad con capacidad para 148 unifamiliares.

Más atrasada va el área que rodea al colegio, de casi 8 hectáreas y con cabida para 236 pisos, ya que su desarrollado están condicionado a la modificación de una cabañera que cruza el sector. El Ayuntamiento tiene aquí la mayoría, con suelo para 80 viviendas, que sacará al mercado con "precios tasados" para regular el mercado y evitar una hipotética burbuja con Bon Área.

Y la mayor operación de todas, la de la antigua azucarera, está pendiente de una modificación que permita acometer en tres fases sus 354 pisos, de los que 140 serán de protección.

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