SOCIEDAD

¿La Navidad o ‘El resplandor’?

Se acerca la guerra de luces de Navidad. Los alcaldes de Madrid y Vigo se retan a ver quién consigue más relumbrón en adviento, mientras que en Zaragoza se anuncia un cambio inminente de la decoración. ¿Podrá competir la capital aragonesa en este frenesí lumínico?

El Ayuntamiento de Zaragoza lleva años y años reivindicando la austeridad y la contención en el gasto en lo que a iluminación navideña se refiere. Parece que esta política de ahorro y oscuridad toca a su fin ya que el nuevo gobierno PP-Cs ha anunciado que subirá la partida de 100.000 a 400.000 euros este año y que tiene previsto que llegue hasta los 700.000 en advientos venideros. ¿Qué se va a cambiar? De momento, la gran novedad es un árbol de 22 metros en la plaza de Paraíso y ya en 2020 nuevos leds en la calle de Alfonso I, que seguro serán bienvenidos por los comerciantes, quejosos porque en la última década ha sido una de las calles comerciales peor ornamentadas de España.

Basta con echar un ojo a las partidas presupuestarias de urbes semejantes o, incluso, más pequeñas que Zaragoza para ver que la iluminación navideña nunca ha sido una prioridad a orillas del Ebro. En Cádiz o Málaga la inversión es seis veces mayor, y también hay ciudades más pequeñas como Gijón (320.000 euros) o Ceuta (611.000) que superan en mucho los 100.000 euros zaragozanos. Eso por no hablar de Madrid, que no escatima en luminarias con un presupuesto anual que supera los 2,2 millones de euros, ni de Barcelona o Sevilla que superan los 800.000. A esta liza, por descontado, hay que sumar a la refulgurante Vigo del alcalde Abel Caballero que invirtió 1,6 millones el año pasado. En la ciudad gallega el debate está servido, pues hay quien critica el gasto excesivo y, también, quienes enarbolan informes que señalan que el retorno económico es 20 veces mayor que el gasto y que nunca había acudido tanto turismo a Vigo, supuestamente, atraído por el espectáculo lumínico.

Martínez-Almeida y Abel Caballero han llevado su pugna ya casi al terreno de la comedia y ambos se retan a conseguir un mayor despliegue. El vigués, que también ha comprado máquinas de nieve artificial, asegura que invitará al alcalde de Nueva York a ver sus luces (si es que no las aprecia bien desde el otro lado del Atlántico) e, incluso, ha adelantado su encendido al próximo 23 de noviembre.

De vuelta a Zaragoza, el Consistorio ha decidido contar con la sapiencia y el buen hacer del bilbilitano Sergio Sebastián, que es todo un ‘pope’ en la materia pues sus diseños son los responsables de iluminar las calles y plazas de Madrid. De momento, su trabajo para Zaragoza está rodeado de secretismo, pero sí ha trascendido que el árbol de Paraíso será “una red neuronal de leds con distintos pulsos” y que el más discreto abeto de esferas que se colocaba hasta la fecha irá a parar a Torrero.

¿Se puede innovar en el terreno de la iluminación navideña? Sí, se puede, y también se puede errar con guirnaldas poco adecuadas o confeti y campanas que llaman la atención por su luz pero también por su mal gusto. Entre las propuestas más celebradas siempre se encuentra el toldo de luces que cubre la malagueña calle de Larios, con la que se acostumbra a comprar la calle Alfondo de Zaragoza por su fisonomía y su longitud. La ciudad andaluza, claro, gasta unos 540.000 euros, lo que quintuplica la que era la inversión aragonesa hasta la fecha. Entre los ornamentos más discutibles están las grandes bolas de luz que Sevilla coloca junto a la Giralda, que son exactamente iguales que las que San Sebastián coloca en el paseo de la Concha. Los primeros años sorprendieron pero, claro, hay que amortizarlas y algunos vecinos preferirían más guirnaldas en las calles que objetos aislados que no se funden con el paisaje.

Esta misma semana han comenzado a colocarse en las fachadas de los centros comerciales de Zaragoza algunos elementos ornamentales y las brigadas no tardarán en hacer aparición por Independencia con sus grúas y brazos mecánicos para colgar las luces. El Consistorio insiste en que se va a procurar “un punto de equilibrio entre la sostenibilidad y la ornamentación” para que la ciudad luzca como debe pero la factura del consumo eléctrico no se dispare. Si bien en su día se habló de “explorar vías de colaboración” con empresas y patrocinadores que -de forma discreta- apoyaran económicamente la decoración navideña, lo que sí se va a hacer es facilitar los trámites con las asociaciones de comerciantes que motu proprio quieran colocar sus adornos.

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