Rodrigo Lanza, atrapado por sus antecedentes

El joven antisistema, nieto de un almirante golpista chileno colaborador de Augusto Pinochet, ya estuvo en la cárcel por dejar tetrapléjico a un agente en el desalojo de un espacio okupa en Barcelona.

Rodrigo Lanza llega a los juzgados en un coche de la Policía Nacional.
Rodrigo Lanza llega a los juzgados en un coche de la Policía Nacional.
Guillermo Mestre

Rodrigo Lanza Huidobro (Viña del Mar, Chile, 1984) se sienta desde este lunes en el banquillo con el bagaje de sus antecedentes. En 2008, la Audiencia de Barcelona le condenó a cuatro años y medio de prisión -el Tribunal Supremo elevó la pena a cinco años- por la agresión, el 4 de febrero de 2006, a un guardia urbano al que lanzó una piedra durante el desalojo de un inmueble okupa. El agente, Juan José Salas, que iba sin casco en el momento de los hechos, quedó tetrapéjico, con graves problemas de movilidad y una importante afección en el habla.

Aquel suceso dio lugar al polémico documental 'Ciutat morta', dirigido por Xavier Artugas y Zapo Ortega en 2013 y emitido en el Canal 33 y el TV3, en el que se intentaba justificar la postura de los jóvenes que pelearon contra las fuerzas de seguridad. Lanza, nieto del almirante golpista chileno Sergio Huidobro, un colaborador del general Augusto Pinochet, siempre mantuvo su inocencia en aquellos hechos y afirmó que fue condenado injustamente, víctima de un montaje policial. En el documental denunciaba que el caso estaba plagado de fallos, acusaciones infundadas y malos tratos no investigados. Otra chica que fue a la cárcel por este caso, Patricia Heras, se suicidó en 2011 durante un permiso y dio origen a la investigación. La entonces recién elegida presidenta de Chile, Michelle Bachelet, se implicó en el caso e, incluso, se encargó de buscarle un abogado en España. Mientras, su familia movió sus contactos en el país sudamericano y en Madrid para conseguir salvar al nieto okupa del almirante Huidobro.

El joven antisistema salió de la cárcel en régimen de semilibertad en diciembre de 2012 y definitivamente en 2015, y enseguida se mudó a Zaragoza para, según dijo, empezar de cero. Sus antecedentes, explicaba entonces, pesaban demasiado para seguir viviendo en Cataluña. En la capital aragonesa vivió con su pareja de entonces en la casa okupa Kike Mur. “He pasado cinco años en la cárcel por ser sudaca”, declaró al diario 'Público' en 2013. En el propio documental 'Ciutat morta', Lanza señalaba: “La Justicia para mí ha perdido sentido. Con cierta gente, instituciones o conceptos sí que busco venganza. Me voy a vengar de todo esto".

Cambio radical de aspecto

Ahora, de nuevo en el banquillo de los acusados, el joven busca hacer olvidar esa imagen que se conserva de él con un cambio radical de su imagen. Ya en la vista celebrada a finales de octubre en la Audiencia de Zaragoza con motivo de la recusación de las psicólogas que examinaron al acusado por el crimen de los tirantes se pudo ver a un Rodrigo Lanza hasta ahora desconocido. Las rastas que luce el procesado en todos los vídeos y fotos publicados en internet se han convertido en un mero recuerdo, como lo han hecho los numerosos ‘piercing’ que llevaba en los labios o la dilatación que tenía en una oreja.

El cambio radical de aspecto del acusado afecta también a su vestuario, ahora bastante más clásico. A la citada comparecencia –en la que no se permitió captar imágenes– acudió con botines, pantalón de tela y cortavientos, un ‘look’ que en nada se asemeja al anterior, con pañuelos palestinos y prendas alternativas. Son muchos los encausados que a la hora de tener que sentarse en un banquillo optan por ofrecer una imagen distinta para intentar suavizar una posible condena.

La Fiscalía pide 25 años de cárcel

El ministerio público solicita una condena de 25 años de prisión para Rodrigo Lanza Huidobro por el presunto asesinato por odio, con alevosía y ensañamiento, de Víctor Laínez, así como el pago de una indemnización de 150.000 euros a la familia de la víctima y de 5.600 al Salud, presente en la causa como actor civil, por los gastos generados.

Esta petición es la misma planteada por el representante legal de la acusación particular en nombre de la familia de la víctima, el letrado zaragozano Juan Carlos Macarrón, quien sostiene que el acusado se sirvió de un objeto contundente en sus manos para causar mayor daño.

En defensa de Lanza, su letrado asegura que su cliente tuvo que defenderse de un ataque con arma blanca, aunque ni el arma fue localizada tras el crimen ni los testigos interrogados corroboran su versión.

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