zaragoza

El TS confirma la prisión para el dueño de Esoen Business School

El Supremo ratifica la condena de 3 años y medio de cárcel que impuso la Audiencia por estafar 294.000 euros a sus tíos

José A. N., director ejecutivo de la escuela de negocios Esoen Business School (ahora cerrada), ha sido juzgado este martes en la Audiencia Provincial de Zaragoza
J. A. N. , director ejecutivo de la escuela de negocios Esoen Business School (ahora cerrada), durante el juicio en la Audiencia Provincial de Zaragoza
Guillermo Mestre

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado la condena a tres años, seis meses y un día de prisión al fundador de Esoen Business, J. A. N., por engañar a sus tíos para que le dieran un poder con el que pidió a los bancos 294.000 euros. Los magistrados desestiman el recurso de casación planteado por el condenado contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Zaragoza que le impuso dicha pena de prisión por un delito de estafa continuada.

La Sala, como ya hizo el primer fallo judicial, declara como hechos probados que los tíos del acusado accedieron a ayudar a su sobrino como avalistas de un préstamo de 20.000 euros, como un favor que le hicieron, dada su buena relación familiar, y porque el acusado les dijo que sus padres también iban a figurar como fiadores. Sin embargo, utilizó el poder que le firmaron para lograr otros créditos hasta un total de 294.000 euros, operaciones que sus familiares no conocieron hasta que se los reclamaron los bancos por impago de las cuotas.

La Esoen Business School inició su actividad en la capital aragonesa en 2014 tras una vistosa presentación en sociedad que tuvo como madrina a la entonces ministra de Innovación Cristina Garmendia.

David Meca, Jordi Sevilla, Mar Raventós, Toni Nadal o Lorenzo Caprile fueron algunos de los mediáticos conferenciantes que participaron en las charlas organizadas por la ‘business school’, como le gustaba llamarla a J. A. N. que pretendía que su empresa fuera un centro de formación de líderes. Sin embargo, las dificultades económicas hicieron que el centro, situado en el camino de Las Torres y por el que pasaron 500 alumnos, cerrara dos años después.

Según los hechos probados, en septiembre de 2015,  el encausado habló con sus tíos para exponerles las dificultades económicas de Esoen Business School, que había fundado un año antes con la que era su esposa y de la que se había separado, situación que había agravado su situación, según les transmitió. Les explicó que para continuar con su actividad Esoen precisaba de un préstamo de 20.000 euros y les pidió que fueran avalistas, a lo que accedieron al conocer que también participarían sus padres.

Sus tíos fueron a la notaría para formalizar el crédito pero, aunque no se lo había advertido, el notario tenía preparado también un poder que, tras su lectura, firmaron, al igual que la escritura. En ese momento, J. A. N., no estaba presente en el despacho pero por teléfono les explicó que el poder era para evitar tener que acudir personalmente a la notaría cada vez que hiciera falta hacer un trámite. Pero no cumplió su palabra y, a pesar de que el límite del préstamo era de 20.000 euros, el acusado hizo valer el poder que le habían dado sus tíos y, sin su consentimiento ni conocimiento de ellos, obtuvo otros créditos por unos 294.000 euros

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