Comunidad de Calatayud

La rehabilitación del Castillo Mayor constata que es anterior al siglo XIV

También se han llevado a cabo acciones en el acceso principal a la Torre Mocha.

El concejal de Urbanismo, José Manuel Gimeno, con chaqueta gris, junto a los arquitectos
El concejal de Urbanismo, José Manuel Gimeno, con chaqueta gris, junto a los arquitectos
MACIPE

La rehabilitación del torreón este y la muralla interior del Castillo Mayor de Calatayud ha constatado que el origen de este núcleo del conjunto fortificado islámico es más antiguo de lo que se había creído. Hasta ahora se pensaba que pertenecía al siglo XIV y según explicaron los responsables técnicos de la intervención, el análisis con carbono 14 de dos muestras de maderas en una parte del lienzo señalan hacia finales del siglo XI. Esto supone unos 300 años antes de lo que, por ejemplo, se estipula en carteles y letreros explicativos que se tendrán que actualizar. "Teniendo en cuenta que la ubicación de las maderas está en zonas de reparación o refuerzo, nos indica que la obra original es más antigua", indicaron los arquitectos Jaime Carbonel y José Miguel Pinilla.

Y esto tiene un mayor calado: "La alcazaba de Calatayud es un precedente fundamental de la arquitectura zagrí, de la que nació la arquitectura mudéjar aragonesa", Es decir, que la fortaleza bilbilitana es precursora del modelo de construcción que luego se extendió, entre otras a la arquitectura religiosa y que fue reconocida como patrimonio mundial de la Unesco en 2001. En este sentido, se confirman las teorías que en su día ya adelantó el estudioso Agustín Sanmiguel. "En los torreones aparecen bóvedas por aproximación de hiladas y escaleras intramurales, que son elementos característicos de la arquitectura zagrí", expuso Carbonel.

"Es una construcción a la que no se le ha dado la importancia que merece en cuanto a que es el origen de la arquitectura islámica en Aragón", incidió Pinilla. Este dato se ha conocido dentro de los trabajos de consolidación que empezaron en 2018 y en los que se ha actualizado el proyecto original de Javier Peña, que en 2010 sirvió para actuar en el otro torreón. En estos meses, la intervención ha querido respetar tanto la técnica constructiva original -tapial con enconfrado de madera- y los materiales -yeso, en este caso de Albarracín. "El yeso moderno no es tan resistente como el antiguo, que tenía resistencias como el hormigón", ilustró Carbonel.

Ahora, la parte restaurada y el resto de la fortaleza todavía no son visitables porque queda un largo proceso de más intervenciones. La primera y más urgente es reponer el paño de muralla que se desprendió en febrero: serán 105.000 euros asumidos por el Ayuntamiento y que están a la espera de la luz verde de Patrimonio. Y a eso le seguirán otras obras. "Con cargo a esta anualidad del 1,5% cultural se ha solicitado la Torre Albarrana y una parte del lienzo y en paralelo nos gustaría mejorar los accesos con pasarelas y escaleras", explicaba José Manuel Gimeno, concejal de Urbanismo.

Por su parte, otra de las intervenciones que se ha realizado, por unos 70.000 euros a cargo de fondos municipales y del Plan Plus de DPZ, está en el acceso principal al recinto de la Torre Mocha, en el barrio Verde. "Se ha rehecho el arco con ladrillo, rescatando los originales, y se ha dejado la puerta al tamaño original", indicaban Pedro Iglesias, arquitecto, y Elena Puig, aparejadora. Así, en estos cuatro meses "se ha reforzado el arco y la bóveda de entrada, se han consolidado lienzos de muralla, se ha limpiado el cuerpo de guardia y canalizado el agua", detallaron.

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