COMUNIDAD DE CALATAYUD

Un cuarto de siglo para recuperar un baluarte patrimonial en Bijuesca

La ermita de la Virgen del Castillo ha sido restaurada, incluido su retablo central, tras invertir más de 200.000 euros y hay planes para realizar un museo.

Ángel Marín, alcalde de Bijuesca, muestra el interior de la ermita
Ángel Marín, alcalde de Bijuesca, muestra el interior de la ermita
MACIPE

En uno de los cerros que rodean el casco urbano de Bijuesca se levanta la ermita de la Virgen del Castillo, una iglesia fortificada a la que escolta desde una cota ligeramente superior la fortaleza de la localidad. Se trata de un conjunto erigido en esa línea de frontera, la Raya, que fue motivo de disputa en la Guerra de los Pedros entre Aragón y Castilla. A pesar de que sobrevivió a ese conflicto de mediados del siglo XIV, seis siglos después tuvo que afrontar otra batalla: la del deterioro patrimonial.

“Hace 25 años estaba muy mal. Lo más urgente era el tejado donde se hizo un agujero”, detalla Ángel Marín, que ha vivido todo el proceso como alcalde. Desde aquel momento comenzó un lento proceso de recuperación de todo el conjunto, que empezó por instalar una cubierta totalmente nueva y luego abordar las fachadas. “Faltaban piedras en los contrafuertes y se tuvieron que reponer”, recuerda. De igual forma se acometieron actuaciones en el torreón y en la casa de la santera, la mujer que en sus tiempos cuidaba del templo y de la imagen de la virgen.

Posteriormente se recuperaron las pinturas y también se actuó para evitar derrumbes de la muralla, por la entrada que se realizó en torno a 1940. “Allí, en las catas que se hicieron, se encontró una bala de catapulta, que tendría que ver con la Guerra de los Dos Pedros, ya que Bijuesca fue tomada por Pedro el Cruel”, indica Marín. En total, el regidor estima que se han podido invertir más de 200.000 euros en colaboración con Diputación de Zaragoza a través de sus programas de bienes muebles e inmuebles, en los que el 70% lo aporta la institución provincial y el otro 30% el Consistorio.

En este cuarto de siglo, el templo ha permanecido abierto al culto salvo los últimos cuatro años, tiempo durante el que se ha afrontado la restauración del retablo central, cuyo estado pendía de un hilo y que ha contado con un proyecto de 70.000 euros. Así, su recuperación se ha dividido en tres fases, de las que la última –dos años y medio- la ha afrontado la empresa Arteayud. “Un retablo de este tipo lo podemos hacer en tres meses, pero en este, por sus características ha necesitado de mucho más tiempo”, explica Raquel Marco, gerente de la empresa y técnico en restauración de bienes culturales.

Así, el mayor problema que encontraron fueron las afecciones de las termitas: “Fue hace mucho tiempo y estaba todo hueco, hubo piezas que en el desmontaje que hizo otra empresa ni siquiera se pudieron recuperar porque se descomponían”, detalla Marco. Al mismo tiempo, descubrieron que en torno a 1924 varias piezas del entablamento –la parte superior- se habían sustituido. “Se pusieron piezas nuevas pero de una madera muy mala y se doraron con una especie de papel de aluminio dorado. Luego, como quedaba distinto del resto, se repintaron todos los oros del retablo. También se sustituyeron las dos columnas laterales originales”, desgrana Marco.

Todo ello les ha supuesto una labor intensa de reintegración cromática recuperar los oros, volver a hacer en madera de pino las piezas incorporadas a principios del siglo XX y reponer las columnas: “Se tuvo que hacer un escaneado 3D y una empresa las reprodujo en espuma de poliuretano, nosotros les hemos dado el acabado”, indica.

Para el alcalde este no es el fin del proceso, por delante queda recuperar parte de los retablos, los accesos y actuar en la casa de la santera. “Queremos poner en valor el edificio y hacer un museo de la santería: explicar qué hacía esa persona, cómo vivía y para eso queremos poner unos paneles explicativos”.  

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