sucesos en zaragoza 

Juzgado por lanzar contra un escaparate a un policía y causarle un traumatismo craneal

Un hombre se enfrenta a dos años de cárcel por herir a cuatro agentes durante una intervención en una sala de apuestas de Torrero. Uno de los funcionarios estuvo cuatro meses de baja como consecuencia de las heridas sufridas.

Imagen de archivo de una furgoneta de la UPR, unidad a la que pertenecen los agentes agredidos por el acusado.
Imagen de archivo de una furgoneta de la UPR, unidad a la que pertenecen los agentes agredidos por el acusado.
Toni Galán

Dos años de prisión y casi 11.500 euros en multas e indemnizaciones. Esa es la pena a la que se enfrenta Karamoko D. como presunto autor de los hechos ocurridos el 10 de abril de 2018 a las puertas de una sala de apuestas de Torrero. Según la Fiscalía y la acusación particular, este hombre iba a entrar al establecimiento cuando vio que dentro se estaba produciendo una intervención policial. En un acto reflejo, el acusado cerró la puerta y se marchó a la carrera del lugar, aunque uno de los agentes salió tras él y le ordenó que se detuviera. El fugado hizo caso omiso, pero el funcionario logró darle alcance, produciéndose entonces un forcejeo en el que el primero golpeó la cabeza del agente contra un escaparate causándole un traumatismo craneal.

Durante el juicio celebrado ayer ante la titular del Juzgado de lo Penal 3 de Zaragoza, el encausado reconoció que, efectivamente, al ver a los agentes dentro del salón de apuestas se asustó y decidió marcharse. «Ahora ya lo tengo, pero en aquellas fechas todavía me estaban tramitando el permiso de residencia. Por eso no quise entrar», se justificó el acusado. «Intenté explicárselo –continuó–, pero el policía que salió corriendo detrás de mí me gritó ‘cállate la boca, negro de mierda’ y me tiró al suelo. Después vinieron otros tres agentes con porras y me dieron con fuerza por todo el cuerpo».

Cuatro meses de baja

Completamente dispar fue la versión de los hechos ofrecida por los cuatro antidisturbios de la Unidad de Protección y Reacción (UPR) que forcejearon con el encausado y acabaron de baja. «Recuerdo que era un día de lluvia, por eso me extrañó ver asomarse a este señor por la puerta con gafas de sol. Su descripción coincidía además con la de una persona que llevaba varios días cometiendo robos con violencia por la zona, por lo que le pedí que por favor me enseñara la documentación», indicó el agente que sufrió las lesiones más graves y estuvo cuatro meses sin poder trabajar.

«Me cogió del cuello y me golpeó contra la cristalera de una inmobiliaria. Me tenía completamente inmovilizado, no podía hacer nada»

«Me cogió del cuello y me golpeó contra la cristalera de una inmobiliaria. Me tenía completamente inmovilizado, no podía hacer nada», declaró el agente de la UPR. Sin embargo, una mujer que estaba dentro de la inmobiliaria avisó al 091 de lo que estaba ocurriendo y los compañeros del policía acudieron enseguida en su ayuda.

No sin dificultad, dada la «extremada violencia» con la que, según los funcionarios, se empleó el acusado, este fue finalmente reducirlo. «Estaba tan agresivo que tuvimos que ponerle bridas en los pies», precisaron los denunciantes.

En contra de la versión de los funcionarios de la UPR, tres testigos propuestos por la defensa –a cargo del letrado Omar Wenceslao Gómez– aseguraron que fueron estos quienes, utilizando las defensas reglamentarias, pegaron una «tremenda paliza» al acusado. Para la fiscal Pilar Cavero y el abogado Marco Antonio Navarro, que ejerce la acusación particular en nombre de los cuatro policías, estos testigos mienten. De hecho, ambos pidieron a la magistrada que deduzca testimonio de sus declaraciones para que se les investigue por un delito de falso testimonio.

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