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La movilidad en Oliver, prioridad entre los vecinos del barrio

La Asociación de Vecinos de Oliver ha solicitado una reunión con responsables del servicio de Movilidad para conocer los resultados de la pacificación de Antonio Leyva.

Calle de Antonio Leyva, en el barrio Olíver.
Calle de Antonio Leyva, en el barrio Oliver.
L. R.

A punto de cumplirse un año de su reforma integral, el nuevo aspecto de la calle Antonio Leyva, en el barrio Oliver, sigue generando multitud de comentarios y opiniones entre los residentes. Los últimos en pronunciarse sobre ella han sido los miembros de la Asociación de Vecinos de Oliver, que piden el ensanche de sus aceras y poder conocer los primeros resultados oficiales sobre su pacificación. Para ello solicitaron a comienzos de verano una reunión con responsables del Servicio de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, aunque todavía no han sido emplazados para ello.

“Antes del verano tuvimos una reunión con vecinos en la que se decidió que uno de los temas prioritarios era la movilidad del barrio”, señalan desde el colectivo. El análisis de la circulación se ha centrado, sobre todo, en la calle Antonio Leyva, que experimentó una reforma integral el año pasado. Tanto allí como en la calle Lagos de Millares era habitual que los coches circularan a una velocidad excesiva y que incluso se aprovechara su trazado recto para cometer temeridades al volante.

A raíz de la instalación de chicanes que obligan a los vehículos a serpentear, el problema se ha reducido, pero los vecinos demandan más información. “La remodelación de la calle Leyva y la apertura de la calle Lago de Millares han supuesto una mejora sustancial en la movilidad del barrio”, reconoce Manual Clavero, presidente de la entidad vecinal. No obstante, piden conocer “de primera mano” los resultados que las medidas de pacificación han tenido de esta vía.

Además, creen que los espacios que hay entre la calzada y las aceras y que se pintaron de colores hace unos meses “quedan mal estéticamente”. Por ello, el colectivo pide también la ampliación de las aceras para poder contar con más espacios de encuentro y reunión. “El aspecto que ha dejado la vía es mejorable, porque queda un poco desangelado”, señala Clavero.

Para tratar de todos esos asuntos, la asociación envío el día 1 de julio un escrito al consistorio para solicitar una reunión que tuviera lugar durante la primera quincena de julio. “Queríamos que fuera ahora para que ya estuviera todo constituido y para que la actividad de la asociación ya se hubiera retomado”, comentan. No obstante, por el momento no han recibido ninguna contestación.

Preocupados por el futuro de los proyectos más esperados

En los últimos días, la asociación también ha manifestado su preocupación por la modificación presupuestaria del gobierno PP-Cs, que paralizará la ejecución de numerosas obras e inversiones. Algunas de ellas afectan a proyectos por los que el barrio Oliver lleva tiempo luchando, entre los que destacan la adecuación del talud que lo separa de Miralbueno, que contaba con una partida de 300.000 euros, y la del edificio del antiguo centro de adultos Juan José Lorente, que disponía de una 50.000.

Este último inmueble está ubicado en una de las manzanas colindantes con el parque del barrio Oliver, delimitada por las calles Antonio Leyva, Lagos de Millares, San Alberto Magno y Valdés Guzmán, pero hace más de una década que quedó vacío y sin uso.

El solar donde se encuentra tiene forma irregular y forma parte de una de las manzanas colindantes con el parque del barrio Oliver, delimitada por las calles Antonio Leyva, Lagos de Millares, San Alberto Magno y Valdés Guzmán, desde la que tiene acceso. El objetivo de los vecinos siempre ha sido conseguir que se convierta de nuevo en un centro sociolaboral y de formación para personas adultas. En 2007 ya se trabajó en la elaboración de un proyecto que se llegó a aprobar, pero el cambio de gobierno de 2008 y el comienzo la crisis económica lo paralizaron.

“En la legislatura pasada se retomó el proyecto adaptándose a las nuevas normativas y se dotó de presupuesto, pero se ha caído otra vez. Es un edificio que puede dar un muy buen servicio al barrio, y nos parece una oportunidad perdida”, lamenta Clavero.

El otro proyecto que tendrá que esperar es la adecuación del talud que separa a los barrios de Miralbueno y Oliver, que están a distinta altura. “Hay un desnivel entre lo que es Oliver y la zona en la que se levantaba el antiguo cuartel de San Lamberto. Es necesario arreglar ese talud y comunicar las calles de una zona y otra”, explican desde la asociación.

“Siempre estamos dando vueltas sobre los mismos temas, y no avanzan. Estamos un poco cansados”, asegura el colectivo, que seguirá peleando para que estas y otras mejoras salgan adelante en un futuro.

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