zaragoza

Un juzgado investiga la desaparición de 359 botellas de un alijo custodiado en la Jefatura de Policía de Aragón

Los agentes requisaron 2.061 botellas a un empresario chino en 2017 y estuvieron guardadas en los calabozos hasta el 8 de septiembre, cuando fueron trasladadas al cuartel de Mayandía. 

El alijo de 2.061 botellas fue depositado en los calabozos de la Jefatura Superior de Aragón, que se utilizan como almacén.
El alijo de 2.061 botellas fue depositado en los calabozos de la Jefatura Superior de Aragón, que se utilizan como almacén.
Cuerpo Nacional de Policía

La titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza, Natividad Rapún, ha abierto diligencias para investigar el paradero de al menos 359 botellas de licor que completaban un alijo de 2.061, valorado en unos 30.000 euros, que la Policía incautó en una tienda regentada por el ciudadano chino Ronglong W. en el Camino de las Torres.

La intervención policial, llevada a cabo por el Grupo de Hurtos en septiembre de 2017, se saldó con la detención del dueño del local como presunto autor de delitos de hurto y receptación. Y todavía es presunto porque el caso, que fue instruido por el Juzgado número 1, aún no se ha enjuiciado. De hecho, la titular del Penal 7, encargada de hacerlo, ordenó este jueves a la Policía que llevase las botellas al depósito del Decanato en la Ciudad de la Justicia.

Desde septiembre de 2017, el alijo estuvo guardado en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía, usados a modo de almacén debido a sus deficientes condiciones para acoger a personas detenidas. Sin embargo, el pasado 8 de septiembre un mando policial dio orden de que las botellas fueran trasladadas al cercano cuartel de General Mayandía con el objeto de dejar libres los calabozos por si es necesario usarlos durante las próximas fiestas del Pilar, tal y como explicaron fuentes policiales.

Al parecer, según se informó en un anónimo que fue distribuido al día siguiente por distintas dependencias policiales, ese traslado se hizo de manera poco ortodoxa y ahora lo investiga también de forma interna la propia Jefatura Superior.

El escrito indica que fue un inspector jefe, por orden de un comisario, quien se personó en las dependencias con un policía de la escala básica acompañados a su vez de tres civiles, al menos dos de nacionalidad rumana, que metieron las bebidas alcohólicas en una furgoneta particular y luego, las llevaron al cuartel Mayandía.

El anónimo también fue enviado a la autoridad judicial, que ahora ha abierto diligencias para aclarar qué ha sucedido con estas mercancías.

Tras conocer el traslado, la Jefatura decidió hacer un inventario para comprobar el número de botellas requisadas. Un primer recuento arrojó una cifra inicial de 1.702, aunque, al parecer, puede haber 110 botellas que no pertenezcan al alijo incautado al acusado. No obstante, este extremo también está por aclararse.

Ronglong W. fue detenido por adquirir supuestamente botellas sustraídas en supermercados de la zona. Entre el material había vinos de marca, champán Moët Chandon, ginebras premium (Citadelle y Bulldog), así como ron, whisky y bourbon, entre otros.

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