Zaragoza

Un exconvicto de homicidio vuelve al banquillo por presuntos abusos sexuales

El acusado fue condenado en 1991 a 23 años de cárcel por robar y matar a una mujer en su casa de la calle San Miguel de Zaragoza y a otros 14 años por 18 robos. 

El acusado, este miércoles, en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El acusado, este miércoles, en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Guillermo Mestre

En 1991, con 22 años, Alejandro B. S. fue juzgado en la Audiencia Provincial de Zaragoza por el robo con homicidio de una mujer de 65 años en su domicilio de la calle de San Miguel. El tribunal le condenó entonces a 23 años de prisión por este delito y a otros 14 más por otros 18 robos con fuerza. 

De hecho, en aquella época Alejandro B. S. era un delincuente especializado en la técnica del escalo (accedía a los pisos trepando por las fachadas) dada su buena forma física, pues había sido campeón nacional de halterofilia. Pero las drogas lo llevaron a acumular un amplio historial delictivo que culminó con el crimen.

Tras cumplir su condena y zanjar cuentas con la Justicia, salió de prisión y se incorporó a la vida normal. Sin embargo, una denuncia por presunta agresión sexual interpuesta por una joven, que además es sobrina suya, podría llevarle de nuevo a la cárcel, en el supuesto, claro está, de que la Audiencia lo condene.

De entrada, el acusado negó los hechos y dijo no entender el proceder de su sobrina, a la que conoció en agosto de 2017 y con la que antes apenas había tenido relación. Alejandro B. S. negó que el 15 de agosto se quedara en casa de la denunciante y aprovechara el momento que se durmió para ir a su habitación y hacerle tocamientos

Diez días después de este episodio –tiempo durante el cual la mujer siguió acudiendo casi a diario a casa del encausado y se planteó incluso irse a vivir con sus respectivas parejas a un chalé– se produjo otro que fue el que motivó la denuncia.

Según la joven, sobre las 2.00, una vez que la novia del acusado se marchó, acudió a su casa, y se quedó dormida en el sofá. Añadió que poco después notó que su tío estaba encima de ella y le introdujo los dedos en la vagina. 

El acusado negó este extremo y dijo que la encontró desnuda en el salón y masturbándose, lo que le llevó a llamar a una vecina y amiga para que acudiera y llamara la atención a la joven. 

La Fiscalía solicita por estos hechos dos penas de un año y tres meses de cárcel mientras que la acusación, a cargo de la abogada Patricia Rodrigo, pide 9 años al haber habido  penetración, y su letrado defensor, Juan Carlos Macarrón, la absolución.

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