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Daroca se queda sin suministro de agua por una avería en el bombeo a los depósitos

Los bomberos de la Diputación de Zaragoza han tenido que acudir con cisternas para los vecinos, mientras las empresas usan depósitos de emergencia.

Una mujer camina por Daroca con dos garrafas de agua.
Una mujer camina por Daroca con dos garrafas de agua.
Macipe

Los vecinos de Daroca permanecen sin suministro de agua en sus casas desde última hora de la noche de este domingo por una avería en el motor de la bomba que eleva el agua hasta los depósitos municipales desde una captación en el río Jiloca. Para salir del paso, los bomberos de la Diputación de Zaragoza han tenido que realizar suministros en la localidad durante la jornada. Desde el Ayuntamiento, se explica que desde primera hora de la mañana una empresa trabaja en el problema, que todavía está por dilucidar si se resolvería con la sustitución de unas piezas o del motor entero.

En casos como el hotel Cien Balcones, la situación era muy complicada. “Las chicas de la limpieza no pueden trabajar, las habitaciones no se pueden hacer, en la cafetería no han podido poner ni un café en toda la mañana, los clientes no pueden utilizar los baños y no se han podido duchar”, enumeraba con amargura Mercedes Polo. “No podemos dar el servicio y nos está causando un perjuicio muy grande”, explicaba, añadiendo que “los cortes ya han pasado otras veces y tendrían que tener una alternativa preparada”.

En junio del año pasado, la ciudad vivió un episodio similar, pero el origen del corte fue otro. Entonces, el suministro se interrumpió por la alta turbidez detectada en el agua, que se había producido por las fuertes tormentas que afectaron a la demarcación y que se reflejaron en el Jiloca. Y un par de meses antes, en abril, se tuvo que cerrar una de las dos captaciones por altos niveles de selenio.

Así, el problema ha sido generalizado y los vecinos han tenido que ir haciendo acopio de agua o tirar de las reservas de casa. “Mi marido se ha llevado dos y yo me llevo otras dos, para poder guisar”, explicaba Marta mientras iba cargada por el paseo de la Constitución. Cerca de la Puerta Baja, en Casa Perragorda, Mª Luisa González explicaba: "Hemos vuelto de vacaciones y nos hemos encontrado esto. Para lavar los vasos hay que ir a la fuente con cubos y garrafas”.

Para muchos, el remedio ha pasado por ir a comprar. Era el caso de Antonio Ballestín, que portaba un paquete con seis botellas por la plaza de la Comunidad: “Ayer ya salía muy poca y llenamos los cubos con eso. Hoy hemos tenido que ir a comprar”. En uno de los supermercados de la calle Mayor, Coaliment, habían agotado las existencias y el pedido que estaba por llegar estaba reservado. “Vivo en la avenida Libertad y a mí por ejemplo sí que me salía agua”, explicaba una vecina que no quería dar su nombre.

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