El verano está llegando a su fin. Los más pequeños han vuelto al colegio cambiando el bañador por la mochila y los más mayores tienen que regresar a sus puestos de trabajo, después de las vacaciones. A pesar de ello, la diversión no ha acabado porque pueblos como Cadrete se sumergen estos días en sus fiestas.

Ayer la localidad vivió el inicio oficial de las celebraciones con un concurso de carrozas y disfraces. Así, por las calles se pudo ver a un increíble Hulk aún sin desarrollar o a un Batman que apenas levantaba dos palmos del suelo. Otros optaron por no hacer referencias a la cultura popular sino a la gastronomía típica española. En concreto, a los churros. Unos pocos solo llevaban azúcar por encima mientras que otros pequeños portaban el disfraz ya mojado en chocolate. Entre los más espectaculares hizo su aparición un tiovivo con todos sus accesorios o una caja de música con una pequeña bailarina que posaba divertida.

Tras el concurso se procedió a la lectura del pregón. Este año, la encargada de dar el pistoletazo de salida a los días de fiestas fue Noemí Caracol, una joven originaria de Zuera, que ha pasado mucho tiempo viviendo en Cadrete. Minutos antes de subirse al balcón del Ayuntamiento se mostraba muy alegre, pero también un poco nerviosa. "Cuando esté allí arriba voy a pasar mucha vergüenza", confesó entre bromas.

Para continuar, las carrozas recorrieron las calles de Cadrete divirtiendo a los allí presentes. De esta manera, los vecinos pudieron mostrar sus mejores galas en las que habían invertido tiempo y esfuerzo. Para acabar la jornada, los más pequeños bailaron y se movieron con más o menos ritmo en la discomóvil infantil, mientras que los más mayores lo hicieron un poco después y no sin antes coger fuerzas en una cena popular. Las fiestas solo acaban de empezar y hasta el próximo domingo los vecinos de Cadrete podrán divertirse.

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