Aragón en fiestas

Ateca se reúne en torno a sus castillos humanos andantes

El ceremonial, de unos 10 minutos de duración, requiere fuerza y resistencia

Diez personas en tres alturas, un pendón, 150 metros de recorrido, decenas de espectadores y más de 30 grados cayendo a plomo. Estos son los datos que han rodeado hoy el paseo del castillo humano andante de Ateca con motivo de sus Fiestas de San Lorenzo, el primero con el reconocimiento de esta celebración como de interés turístico de Aragón. “Son unas fiestas de barrio, organizadas por una cofradía, pero abiertas a todo el pueblo. Y si antes estábamos orgullosos, ahora más”, ha reconocido Lucas Vicén, presidente de la Cofradía laurentina.

Así lo ha expresado en el centro de la plaza de Costa, núcleo de la barriada de San Martín y de la celebración, rodeado de decenas de vecinos y visitantes agolpados en los pocos metros de sombra disponibles a primera hora de la tarde. Allí, se ha ido moldeando la formación de tres alturas: seis hombres abajo, tres en el centro y uno en la parte superior. Desde ese punto, y discurriendo por las estrechas calles del Horno, Bodeguilla y Arenal, el recorrido desemboca en la plaza de Templarios, sorteando el tendido eléctrico y corrigiendo posiciones cada pocos metros.

En este espacio, David Vicén, el encargado de coronar el castillo se ha encargado de blandir la gran bandera acompañado de los ritmos de la charanga y los aplausos y vítores de los atecanos congregados bajo sus pies. “Es un orgullo llevar el pendón y algo muy emocionante, porque mi padre ya lo llevó en su día”, ha reconocido pocos minutos después aún con la respiración entrecortada por el esfuerzo.

Este ha sido su séptimo año y subraya que “lo más importante es el conjunto del castillo, los que lo formamos y los que ayudan y apoyan, porque se necesita mucha fuerza y resistencia de todos”. Además ha señalado que “lo hago con amigos de toda la vida y eso tiene mucho valor”.

Antes de empezar la salida, los vecinos se han congregado en la misma plaza de Costa, donde se repartía la tradicional sangría. “Soy de la cofradía desde que nací, ha sido toda mi familia y lo son mis hijos y mis nietas”, ha detallado Pilar Sánchez, que asumía que este fin de semana se suele pasar “sin dormir, pero contentos”.

“Hoy es un día de mucha actividad, se empieza desde la ermita, donde se hace misa y se come algo y también se forma el castillo”, ha indicado José Miguel Montul, socio de la cofradía, que asume que “se vive con mucha emoción, porque es una tradición muy arraigada”. Mª Carmen y Alicia Yagüe, en un pequeño corro, se han mostrado emocionadas: “No vivimos todo el año aquí, por lo que son unos días muy especiales”, ha comentado la primera. “El recorrido del castillo lo hacemos con muchas ganas, porque lo hemos hecho desde pequeña”, ha señalado su hermana.

Para Ángel Montero, nacido y criado en el barrio, además de miembro de la cofradía, “son unos días importantes, ya que nos reunimos con gente que suele estar fuera todo el año”. A su juicio, los castillos son “el alma de la fiesta y hay que hacer por conservar una tradición tan bonita, y por suerte tenemos una juventud que colabora en ello”.

Según Lucas Vicén, presidente de la Cofradía de San Lorenzo, cuentan con más de 300 socios que sufragan el coste de la celebración y se encargan de organizarla. “Desde el viernes tenemos actuaciones y el domingo es el día central”, ha descrito.

“Es una de las fiestas más importantes que hay, aparte de las que prepara el ayuntamiento”, ha explicado el alcalde, Ramón Cristóbal Júdez. “La singularidad son los castillos y se promovió que el Gobierno de Aragón la reconociese”, ha apuntado. Asimismo, el regidor ha declarado que “es una satisfacción que sea de interés turístico porque realza la fiesta y la da a conocer de forma externa”.

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