sucesos en zaragoza 

La propiedad de un piso parece estar detrás del crimen de la joven de Movera

La Policía descubrió cartas con amenazas de muerte que un nieto de la pareja de la víctima hizo a la mujer. El presunto autor material admite que estuvo en la finca pero no que disparó.

El crimen se cometió en las puertas de esta vivienda de Movera.
El crimen se cometió en las puertas de esta vivienda de Movera.
Guillermo Mestre

El temor a que el patrimonio de José N. T., alias el Mistos, de 70 años, fuera a parar a manos de su joven pareja, María Marian, de 28, parece ser el motivo de que fuera asesinada. En concreto, la propiedad de un piso de la calle de Matías Pastor Sancho de Zaragoza que reclamaba para sí José Luis G. N., alias el Pelao, nieto de José N. T. y que llegó a reclamar a la joven por carta desde la prisión de Estremera donde cumple condena.

Esta misiva fue encontrada por la Policía en la finca de la urbanización Torre Urzaiz de Movera donde fue asesinada María Marian el 21 de noviembre de 2018. El escrito contiene amenazas de muerte explícitas contra la joven, lo que creó tanto en ella como en su familia un temor real a ser asesinada.

En su declaración ante la Policía, José N. T. contó que era cierto que había otorgado poderes ante notario a María Marian para que actuara en su representación mientras cumplía una condena por tráfico de drogas que le impusieron tras hallar una plantación de marihuana en su finca.

El día del crimen él estaba en la cárcel de Zuera y su pareja le preparaba una barbacoa con amigos y una fiesta para recibirlo al día siguiente que salía de permiso. El Mistos explicó que con su familia se llevaba bien, excepto con su nieto el Pelao, pues hacía unos 20 meses que a raíz de una visita que Marian le hizo en Estremera le exigió que pusiera a su nombre el piso de la calle de Matías Pastor. La joven le contestó que ella no podía hacer eso ya que la vivienda era de su abuelo y de otros familiares y era con ellos con quiénes debía hablar del asunto.

Pocos días después, la víctima recibió una carta en tono amenazante y José N. T. cortó la relación con él y dejó de enviarle dinero a prisión. El hombre también dijo que su nieto era noble, aunque lo creía capaz de cumplir la amenaza si estaba enfadado a pesar de que no tenía capacidad económica para encargar el asesinato. A pesar de estas amenazas, José Luis G. N., no está investigado en esta causa pues aún no se ha probado su implicación en el crimen. Si lo están las personas que, a juicio de los agentes del Grupo de Homicidios, intervinieron en el asesinato. 

Las escuchas telefónicas y el análisis del posicionamiento de los móviles de determinadas personas del entorno del Mistos permitieron a los policías localizar a un grupo de sospechosos. Entre ellos se encuentra el presunto autor del crimen, el lituano Aivaras S. Aunque al principio negó su relación con los hechos, el hallazgo de un guante de látex con su ADN en la finca de Movera ha sido determinante para su imputación. A ello se sumó que los agentes lo habían situado previamente en el escenario con la geolocalización de su móvil.

Por esa razón se vio obligado a rectificar y admitir que sí que estuvo en la vivienda, pero fueron los también investigados Juan E. O. y Jesús J. M. los que abordaron y dispararon a la joven.

Según relató Aivaras S., los tres llegaron a la finca y accedieron a ella haciendo un boquete en la valla. Su tarea, dijo, era hacer de "traductor" en un supuesto negocio relacionado con una deuda. Indicó que cuando se acercaron a la casa, una mujer los vio y se echó a correr hacia el interior. Según su versión, luego salió un hombre con una escopeta (que nadie ha encontrado) y él se fue corriendo dejando allí a los otros dos. Al instante oyó un disparo y un grito de mujer. La joven recibió el tiro en un costado y le atravesó varios órganos vitales causándole la muerte minutos después.

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