Pasaban dos minutos de las 10.30 cuando se han disparado tres cohetes de forma consecutiva y ha empezado a sonar la música que indicaba el comienzo de los cabezudos por las calles de Cuarte de Huerva. Estos seres tan temidos, pero a la vez tan queridos por los pequeños han iniciado su recorrido persiguiendo a los niños que rápidamente han echado a correr para que no les alcanzara el golpe. Cuando ya se han alejado y estaban fuera de su alcance los han provocado con las típicas canciones para reanudar la carrera. 

Además, se han avisado unos a otros de qué cabezudo se estaba acercando, con lejanos gritos: "Qué viene el Payaso, la Rata". Al oír los nombres, los niños muestran esa cara de emoción y miedo que caracteriza a las actividades que asustan, pero que no se pueden dejar de hacer. En ocasiones, el niño se escapa pero otras el cabezudo logra su objetivo y alcanza al pequeño, lo que a veces genera un llanto incontrolable, una llamada a los brazos de los padres y las disculpas del golpeador. 

Al acabar la carrera, se ha procedido a una sesión de fotos en el parque entre perseguidores y perseguidos para evitar las rencillas que se hayan podido ocasionar durante el recorrido. Allí, los niños muestran su entusiasmo por poder acercarse a estas criaturas y conseguir un recuerdo antes de que las fiestas se acaben y estos se marchen. Pequeñas, como Raina Miñana, a quién le gustaban mucho los cabezudos. “He disfrutado mucho”, ha señalado mientras tiraba de su madre para poder acercarse más. La diversión para los niños no ha acabado allí, ya que a las 12.00 se realizaba un espectáculo infantil para cantar y jugar. Por la noche, a las 22.00, será el turno de la traca final con la que despedir las fiestas hasta el año que viene.

Una mañana entre juegos de madera XXL en Cuarte de Huerva