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El Moncayo se llena hasta la bandera con cazas de brujas y oficios que perduran

Las ferias de Trasmoz y Lituénigo atrajeron a miles de visitantes, una gran afluencia que no se resintió por el calor.

El momento de la captura de las brujas es de los más celebrados en las recreaciones de Trasmoz. Los soldados cogen, incluso de entre el público, a las mujeres sospechosas de hacer conjuros y manipular voluntades.
El momento de la captura de las brujas es de los más celebrados en las recreaciones de Trasmoz. Los soldados cogen, incluso de entre el público, a las mujeres sospechosas de hacer conjuros y manipular voluntades.
Nora Bermejo

La XIX Feria de Brujería, Magia y Plantas Medicinales confirmó este sábado lo que ya es un hecho, el atractivo creciente que tiene el tándem Trasmoz y brujas. Aunque es difícil calcular una cifra, desde la organización se habla de la afluencia de unas 6.000 personas. "Creo que vamos a más, lo controlamos un poco gracias a los aparcamientos y cada vez necesitamos más espacio, sobre todo por la tarde que es cuando estamos desbordados", explicó al alcalde trasmocero, Jesús Andía. Por la mañana ya se notaba la afluencia de gente, porque "parece que les es indiferente el calor que hace".

Aunque hay actividades que son fijas, cada año se intenta innovar. "Lo hacemos con la música y también con la exhibición de aves rapaces que incluye serpientes y otros reptiles como novedad para dar un poco más de juego", señaló el primer edil.

Los vecinos tuvieron poco tiempo de disfrutar de la feria, ya que todos se implican cumpliendo diferentes funciones. "Todos trabajamos en la cantina, en los aparcamientos… es lo que hace que se pueda llevar la feria adelante, porque si tuviéramos que pagar todo esto, no se podría asumir", dijo Andía.

Para organizar la feria, el Ayuntamiento cuenta con la colaboración de la asociación cultural El embrujo de Trasmoz. "Estamos todo el día con actividades porque viene muchísima gente y lo que queremos es que salgan contentos y que repitan", valoró la presidenta, Cristina García.

El discurso de la Bruja del Año

La feria comenzó con el discurso de la Bruja del Año y el homenaje a la Bruja de Honor. "Para la primera se elige a personas que trabajan por el pueblo, y para la segunda, a alguien que nos pueda representar", explicó García.

Ese alguien fue en esta ocasión la directora y guionista Elena Cid, responsable del documental ‘Bécquer y las brujas’. "Ser Bruja de Honor es un privilegio, no contaba con ello y me hace muchísima ilusión. Venía de pequeña por esta zona. Cuando me contaban las historias de las brujas de Trasmoz jamás pensé que yo podía ser parte de ella, estoy muy agradecida", aseguró Cid.

Lituénigo

Una mujer, con la capoladora de la carne, en la feria de oficios antiguos de Lituénigo
Una mujer, con la capoladora de la carne, en la feria de oficios antiguos de Lituénigo
Nora Bermejo

Mientras tanto, a apenas siete kilómetros de Trasmoz y sin salir de la comarca de Tarazona y el Moncayo, otro pequeño municipio estaba igualmente abarrotado de visitantes. En Lituénigo celebraban la XVIII Feria de Oficios Perdidos, una cita que, al igual que su compañera, fue declarada el año pasado Fiesta de Interés Turístico en Aragón, pocos días antes de su celebración. Por eso los efectos de este nombramiento se notaron ayer. «Se aprecia una mayor afluencia de gente y hay más ambiente», aseguró Alberto Negredo, el alcalde del pueblo.

Más de cuarenta puestos de artesanos se repartían por diferentes zonas de la localidad, con las grandes hortensias poniendo su granito de arena para embellecer el paseo por sus calles. "Todos los años intentamos hacer alguna cosita nueva, esta vez hemos mejorado un poco las infraestructuras con la colocación de más toldos para la sombra y también con algún oficio nuevo, como la madera, mientras que se van consolidando otros que tienen mucha aceptación", explicó Negredo.

El elemento diferenciador de este certamen es la implicación total de los vecinos. "Es la seña característica de esta cita, en la que el 90% de los oficios que se representan son gente del pueblo que los ha vivido", contó el edil.

Los vecinos de Lituénigo se vuelcan con los preparativos meses antes, "es un trabajo colectivo", subrayó el alcalde. "Nadie en el primer año de la feria, esperaba la repercusión que iba a tener. Es una seña de identidad para todos los del pueblo, con la que honramos a todos nuestros antepasados", concluyó el alcalde.

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