patrimonio

Denuncian la pega de carteles en dos edificios catalogados del barrio Jesús

Casa Solans y la fábrica de galletas Patria sirven como soporte publicitario de numerosos acontecimientos. Una práctica no permitida al ser inmuebles considerados Bien de Interés Cultural (BIC) y de interés arquitectónico, respectivamente.

La fábrica de galletas Patria
La fábrica de galletas Patria
AVV Barrio Jesús

Son edificios catalogados, vestigios de la arquitectura modernista e industrial que dotan al barrio Jesús de un atractivo especial, y aún así, ni la Casa Solans ni la antigua fábrica de galletas Patria se han librado de la cola y el cepillo. Desde hace algún tiempo, varios de sus elementos se han convertido en soportes publicitarios en los que se anuncian conciertos, ferias y todo tipo de acontecimientos. Una práctica no permitida en edificios protegidos y que los vecinos ya se han apresurado a denunciar. “Tendrían que tener más cuidado con este tipo de acciones, porque son edificios catalogados. Es una barbaridad, imagínate que los pegaran en la trasera del pilar, sería inconcebible”, señala Raúl Gascón, presidente de la Asociación de Vecinos Barrio Jesús.

Según el colectivo vecinal, se trata de algo que ocurre con bastante frecuencia. En Casa Solans, los carteles se pegan en un armario eléctrico situado en la verja que rodea al edificio. “Aunque estén en la parte de fuera, no deja de ser Casa Solans, con todo lo que eso conlleva”, comentan. En el caso de la antigua fábrica, los anuncios lucen en las cristaleras que hacían las veces de escaparate del concesionario que se ubicaba ahí y que dejó de funcionar hace aproximadamente una década. El pasado mes de septiembre, con los votos de ZEC y PSOE, se aprobó una moción presentada por CHA para aumentar la protección arquitectónica de la antigua fábrica, pero parece ser que no ha sido suficiente para alejar de ella la publicidad.

La situación ha sido recientemente denunciada por la asociación de vecinos tras el aviso de un vecino al que le parecía “una barbaridad” lo que estaba sucediendo. “La verdad es que tenía toda la razón. A raíz de eso lo denunciamos directamente a través de la página web de quejas y sugerencias del Ayuntamiento”. Ahora, los vecinos esperan que el consistorio tome las medidas que sean necesarias para acabar con la publicidad en estos dos edificios, aunque reconocen que muchos de los eventos que se anuncian están patrocinados por el Ayuntamiento y, durante estos últimos meses, también se ha pegado mucha propaganda electoral. “Pegan carteles encima de los anteriores y hay zonas en las que pueden llegar a tener un centímetro de grosor”, asegura Gascón. “Lo primero que hemos hecho es solicitar su limpieza, y después, que esas paredes se mantengan limpias”, explica.

Junto a la Casa del Director de la Azucarera, en cuyas instalaciones propone la asociación crear la Casa de Juventud, Casa Solans y la fábrica Patria son algunos de los inmuebles más apreciados por el colectivo vecinal. De hecho, siempre han reclamado que alberguen equipamientos para el barrio o se conviertan en espacios culturales para el disfrute de toda la ciudadanía.

La asociación tiene grandes planes para el edificio que albergaba la fábrica de dulces, un inmueble que “es lo suficientemente grande” como para poder convertirlo en un atractivo para la gente de otros barrios de Zaragoza e incluso de fuera de la ciudad. “Se ha barajado desde un equipamiento cultural potente a un museo sobre el modernismo”, apunta Gascón, que recuerda que, por el momento, es un edificio de titularidad privada.

carteles casa solans
Carteles pegados sobre la valla de Casa Solans
AVV Barrio Jesús

Por su parte, Casa Solans, alberga tanto las oficinas de Ebrópolis como de Cooperación al Desarrollo y de Relaciones Internacionales del Ayuntamiento de Zaragoza gracias a un acuerdo alcanzado entre la asociación y los exconcejales Teresa Giner y Fernando Rivarés. “Los usos que ellos plantearon son los que se han establecido, pero nosotros planteamos otros dos sobre los que nadie nos ha dicho nada: utilizarla para pequeños actos del barrio o de la ciudad, como presentaciones de libros, y como escenario para celebrar bodas civiles”, afirma Gascón, que reconoce que se trata “de un sitio encantador”.

Pendientes de la hoguera de San Juan

Por el momento, y aunque siguen reivindicando los usos anteriormente mencionados, el asunto más urgente al que tiene que atender la asociación es la celebración de la hoguera de San Juan. Y es que todavía no saben si podrán encender o no el fuego, ya que están a la espera de un informe de bomberos. La cita es el viernes 21 de junio a partir de las 20.00 en el final del paseo Longares.

“Nos exigen 300 euros de fianza. Es un dinero que luego nos devuelven, pero que ya nos supone un desembolso”, lamenta Gascón, que advierte de que les den el permiso o no, el acto se celebrará aunque no haya fuego. “Llevamos cinco años haciendo la hoguera en el mismo sitio sin ningún problema. Si al final nos lo dan, mejor, y si no, nos servirá como protesta por no poder hacerla”, concluye el presidente de la asociación.

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