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Alegría promete una oposición "constructiva y contundente" y afea la falta de autonomía de Cs

La socialista defiende que en Huesca "pudo más el mandato de la ciudadanía que la orden que llegó de Madrid".

Pilar Alegría saluda a Jorge Azcón tras ser investido como alcalde de Zaragoza.
Pilar Alegría saluda a Jorge Azcón tras ser investido como alcalde de Zaragoza.
Guillermo Mestre

La socialista Pilar Alegría promete ejercer una oposición «constructiva» pero «contundente» para evitar que la «ultraderecha marque el destino de la ciudad de Zaragoza». Criticó, además, con dureza la historia que se ha vivido estos días «en los que se ha elegido al alcalde que tenemos (en referencia al popular Jorge Azcón)» en una mesa redonda en Madrid. Y fue a más al denunciar la «falta de autonomía para tomar decisiones pensando en los intereses de la ciudad» que ha mostrado el grupo municipal de Cs, al que le ha venido «todo marcado por lo que dice Albert Rivera en Madrid».

Tras asumir la derrotar con la mayor deportividad posible, Alegría mostró su preocupación por que «la ultraderecha va a estar presente y va a condicionar la política los próximos cuatro años». Cargó contra Sara Fernández pues, a pesar de que insistió en su «cordón sanitario» a Vox, «ha llegado a ocupar una vicealcaldía gracias al acuerdo que en Madrid se cerró con Vox». Para Alegría, que negoció sin éxito un acuerdo con los de Rivera hasta última hora, la constitución de los Ayuntamientos reflejó que los compromisos de Cs son «papel mojado y palabras huecas».

La socialista ve «lógico» que, por mucho que Cs se niegue a reconocerlo, Vox esté «dentro del Gobierno municipal, porque así lo ha determinado Madrid». El fracaso de sus negociaciones con Fernández refleja, según enfatizó, que la capacidad de decisión de la de Cs era cero. «Ella reconoció que el voto que iba a dar era un mandato único y exclusivo de Madrid», desveló.

Una situación muy distinta se vivió en Huesca, donde el socialista Luis Felipe alcanzó la Alcaldía por el voto en blanco que la popular Ana Alós atribuye a un «tránsfuga» de Cs.

Alegría defendió que en Huesca «se respetó la voluntad ciudadana» al admitir que gobernara la lista más votada. «Seguramente le pudo más el mandato de la ciudadanía que la orden que le pudieran dar desde su partido en Madrid», resaltó pues, al fin y al cabo, «lo más importante es atender a los intereses de la ciudad y no solo acatar decisiones que vienen de Madrid». En su caso, y a pesar de que el PSOE, con diez ediles, fue la formación más votada, no ocurrió lo mismo.

La socialista no se plantea dimitir porque el PSOE «ha ganado las elecciones con el claro apoyo de 93.000 zaragozanos». Se comprometió, por ello, a trabajar desde el primer día para «defender los intereses de los ciudadanos» y a permanecer «vigilante» para que la ultraderecha «no tenga la tentación de arrasar con derechos y con cuestiones que para el PSOE son fundamentales».

No quiso entrar a valorar en profundidad qué espera de la negociación que sigue en marcha para definir el futuro Gobierno de Aragón, donde PSOEy PAR tienden la mano a Cs para lograr una mayoría suficiente. Solo puso de manifiesto que «de Ciudadanos no espera nada por su falta de coherencia política». Pero, acto seguido, matizó: «No me corresponde ir más allá porque no soy quien tiene que acometer las negociaciones».

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