zaragoza

Los testigos relacionan con una banda latina a los acusados del asesinato de la calle Princesa

La víctima sufrió un machetazo que penetró 14 centímetros en el muslo, en dirección ascendente, y le cortó la femoral.

Familiares y amigos de Sami Hamidi, el día de su entierro en el cementerio de Torrero.
Familiares y amigos de Sami Hamidi, el día de su entierro en el cementerio de Torrero.
Guillermo Mestre

Los amigos y conocidos de Sami Hamidi, el joven de 20 años asesinado en la calle Princesa de Zaragoza en noviembre de 2018, declararon este martes que dos de los tres menores acusados del crimen están relacionados con los Domincans Dont’ Play (DDP). Varios de ellos señalaron que los han visto con miembros de esta banda latina ilegal y que en las redes sociales hacían alarde de estos vínculos. En concreto, se refirieron a F. G. S. –considerado autor material del crimen– y a J. J. R., presunto colaborador. De hecho, según se puso de manifiesto en la segunda sesión del juicio, que se celebra a puerta cerrada en el Juzgado de Menores de Zaragoza, fue J. J. R. quien entregó a F. G. S. el arma para que agrediera a la víctima.

Según pudo saber este diario, uno de los policías del Grupo de Homicidios describió aquella como un "machete militar" con una hoja de un centímetro de grosor, cinco de anchura y, al menos, catorce de longitud, pues fue esa la profundidad de la herida infligida a la víctima en el muslo. Dijo que son armas pesadas y difíciles de manejar y que no es fácil atravesar el cuerpo humano. En este sentido, el policía indicó que el agresor tuvo que emplear mucha fuerza para causarla y que el mecanismo de acción fue de abajo hacia arriba cuando el joven se encontraba situado de manera lateral al agresor. Se lo clavó en la parte posterior de la pierna, atravesó el músculo y le alcanzó la zona inguinal cortándole la arteria femoral.

Los hechos se produjeron en torno a las 4.00 del 18 de noviembre pasado en la puerta de una discoteca de ambiente latino. De las declaraciones de los testigos se desprende que el principal acusado, F. G. S., de 17 años, junto a J. J. R., de 15, A. H. B., de 16, y un mayor de edad al que llaman Brayan (este será juzgado por la jurisdicción ordinaria) decidieron saldar unas cuentas pendientes que F. G. S. tenía con Sami Hamidi a raíz de una discusión que habían mantenido en verano.

Del relato de los testigos se desprende que esa noche, cuando lo vieron en la zona de bares, J. J. R. entregó el machete a F. G. S., este cruzó la calle Princesa acompañado de A. H. B. y de Brayan, rodearon a Sami Hamidi y comenzaron a provocarle. El ambiente se fue tensando y, en un momento dado, mientras estos dos últimos jaleaban al primero y le decían "¡mátalo, mátalo!", F. G. S. sacó de entre sus ropas el machete y se lo clavó con tal fuerza en una zona vital que hizo que la víctima muriera desangrada en muy poco tiempo. El arma nunca fue encontrada.

Durante el juicio también se puso de relieve que las informaciones facilitadas por los testigos de los hechos permitieron identificar en poco tiempo a los participantes en la agresión mortal.

La Fiscalía y la acusación particular, a cargo de Carlos Vela, piden 8 años de internamiento (la pena máxima) para F. G. S. por asesinato, tenencia ilícita de armas y pertenencia a banda criminal. Para los otros dos piden seis y cinco años por colaboradores en los hechos. Mientras, las abogadas de la defensa, Carmen Sánchez, Noelia Liroz y María Pilar Alda piden la absolución.

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