TARAZONA Y EL MONCAYO
Triatlón escolar intercomarcal para fomentar el deporte y la convivencia
El colegio Moncayo de Tarazona y la escuela de Borja han participado en esta prueba
El colegio Moncayo de Tarazona ha organizado este jueves por segundo año consecutivo una jornada de triatlón para los escolares de segundo curso de Educación Primaria y también alumnos del colegio público de Borja.
La programación ha comenzado en las instalaciones del centro escolar turiasonense, con unas nociones prácticas a cargo de la triatleta local Yolanda Magallón. “Hemos empezado con unos juegos de cooperación entre los grupos para que se conozcan entre ellos y luego Yolanda les ha explicado las pruebas que se hacen, las transiciones, los materiales, la forma de quitarlos y dejarlos…”, ha explicado Lara Saez de Guinoa, profesora de Educación Física del colegio Moncayo.
La cita “se ha adaptado a la edad de los niños y a las circunstancias”. Así, se han hecho grupos de cinco compañeros con cinco segmentos diferentes: correr, nadar, correr, bici y correr. “Están súper emocionados, pero merece la pena porque sé que se lo van a pasar genial. La experiencia del año pasado fue muy positiva, por eso nos animamos otra vez a repetir y esperemos que por muchos años”, ha contado la docente.
La cita surgió con la intención de cumplir dos metas claras. “Nuestros objetivos principales son la convivencia, y trabajar un deporte que está muy en auge. En esta comarca se han realizado eventos con bastante repercusión y queríamos que lo conocieran un poco más”, ha señalado Saez de Guinoa.
Es necesaria mucha ayuda previa para organizar esta jornada, para completar los circuitos y también durante el desarrollo de la prueba para ayudar a los niños a seguir las indicaciones sin despistarse. “Tengo que agradecer mucho a los padres que nos han ayudado porque sin ellos no se podría montar todo. Les animo a que sigan colaborando con los temas del colegio”, ha valorado.
Vida saludable
Los niños han disfrutado realizando esta práctica deportiva, que ha dejado a muchos con la lengua fuera. La prueba empezaba con un segmento de atletismo. Después, cogían el testigo los nadadores, que tenían que quitarse las zapatillas, tirarse a la piscina para rodear la boya, salir del agua, y otra vez en la transición, quitarse gorro y gafas, ponerse de nuevo las zapatillas y coger el testigo para entregarlo a los siguientes niños.
El tercer segmento era de nuevo atletismo, siempre dando una vuelta completa al campo de fútbol. Estos corredores, han entregado el testigo a los ciclistas, que esperaban ya con los cascos puestos. Han corrido hacia donde estaban las bicis aparcadas para dar tres vueltas a un circuito montado en la pista de tierra que hay junto al campo de fútbol del polideportivo municipal.
Al terminar sus vueltas, los ciclistas debían ir corriendo para entregar el testigo a los últimos participantes, otra vez corredores que debían lanzarse a la carrera, rodear el campo de fútbol y llegar hasta la línea de meta.
Pero en este día no importaba el resultado, sólo aprender de esta experiencia y compartir una jornada deportiva de convivencia que fomenta una vida saludable, algo básico en estas edades.
