"Aragón siempre está cerca de mí". Lo dijo don Juan Carlos el 1 de junio de 2008, en una recepción en el Ayuntamiento de Zaragoza tras la celebración del desfile militar en el día de las Fuerzas Armadas. Y no es para menos.

La vinculación del Rey emérito con la Comunidad tiene una larga trayectoria, que comenzó el 15 de septiembre de 1955, cuando, con 17 años y siendo todavía príncipe, llegó a Zaragoza para ingresar en la Academia General Militar. Aquí vivió como un cadete más, sin escoltas, recorriendo la ciudad en las tardes de permiso y fraguando con ella una relación que se fue incrementando con el paso del tiempo.

Desde entonces, ha vuelto a Zaragoza, y a Aragón, siempre que ha tenido ocasión, tanto para el disfrute, de sus pistas de esquí, de sus paisajes o de su gastronomía, como para los momentos duros, como el atentado de la casa cuartel en 1987, la tragedia del campin Las Nieves de Biescas, en 1996, o el accidente del Yak-42 en 2003, con numerosas víctimas aragonesas.

Don Juan Carlos ha apoyado la economía regional, su cultura, su patrimonio artístico y sus tradiciones. Como un aragonés más. 

El adiós del Rey emérito de la vida pública coincide con el despegue de la Princesa