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Nuévalos apuesta por el Monasterio de Piedra y tiene las aguas en calma

El incuestionable gancho turístico de uno de los lugares más visitados de Aragón (y de España) es compatible con la visita a la localidad que lo alberga, consagrada al sector de servicios.

En Nuévalos se viven dos realidades con respecto al Parque Natural del Monasterio de Piedra, la gran joya del término municipal, el más visitado por el turismo de la provincia de Zaragoza si se excluye la capital. Por un lado, la gratitud eterna al efecto que ha tenido sobre la economía local, los negocios nacidos al calor de su existencia y los puestos de trabajo que proporciona en el pueblo. Por el otro, el viejo afán de que la magnificencia exudada por el Monasterio y todos sus atractivos no eclipse por completo a la localidad que lo alberga administrativamente. Como pugilato es complejo y, probablemente, fútil. Los vecinos han sabido encontrar el punto de equilibrio y actualmente prima la felicidad al respecto.

El Monasterio batió en 2018 su récord histórico de visitantes, cifrados en más de 300.000. Además, se celebraban 800 años desde su fundación. Un entorno que está unido a la familia Muntadas desde que en 1843, ocho años después de la desamortización de Mendizábal, Pablo Muntadas Campeny comprase el monasterio cisterciense y sus correspondientes terrenos.

En 1860, Juan Federico Muntadas culminó la reconversión del antiguo monasterio en un hotel y se descubrió la Gruta Iris, un soberbio ejemplar de naturaleza kárstica que abraza la famosa Cola de Caballo, salto de agua de 50 metros. Bajar hasta el puente de la cueva y ver la cascada delante al atardecer, mezclada con la luz del sol bajo, es un espectáculo digno del séptimo arte más sutil y fantasioso. El parque entero –hay que tener buenas piernas para sus cuestas y escalinatas, ojo– es una gozada para los sentidos. La sociedad anónima Monasterio de Piedra se constituyó en 1933 y el 100% de los socios son, hoy en día, descendientes de Pablo Muntadas.

¿300, o 3.000?

El cero extra a la derecha es tan real como la vida misma los fines de semana de todo el año. Lo explica Manuel Peiró, alcalde del pueblo, que acaba de completar su tercera legislatura y cuya gestión ha recibido nuevamente el refrendo de sus convecinos. "Somos 300 censados y 3.000 más casi todos lo fines de semana. Todo empezó para nosotros en la administración hace doce años –recuerda– por la crispación que había en el pueblo; había dos personas haciendo labores secretariales en el ayuntamiento y estaban todo el día preparando juicios, los plenos estaban llenos de insultos y amenazas, siempre con la guardia civil... nos juntamos un grupo de gente nueva, nunca habíamos estado en política; el objetivo era encontrar personas con ganas de trabajar y colaborar en los diferentes colectivos. Hablamos con el anterior alcalde, Manolo Esplugas, que llevaba 24 años en el cargo, y su grupo nos dejó intentarlo. Por suerte, conseguimos que las cosas se tranquilizaran".

En cuanto al pico y pala, el municipio ha acometido varios retos. "Empezamos –recapitula Manuel– con las obras más urgentes y costosas, como el asfaltado de calles; el casco antiguo estaba deteriorado, se había empezado las obras y las concluimos. También se restauró el torreón local, canalizando unas ayudas de la comarca; la iglesia de San Julián y Santa Basilisa llevaba cerrada 15 años porque amenazaba ruina; reforzamos la estructura, arreglamos la techumbre, retejamos todo… la DPZ concedió una subvención importante y la parte exterior y estructura están consolidadas, hemos trabajado en la nave central y queremos terminar lo que falta cuanto antes para reabrirla al culto como parroquia. Ahora mismo, los oficios y los sacramentos se realizan en la ermita de la Virgen de los Albares".

La llamada Casa de la Médica también se ha arreglado. "Ahora hay tres salas diáfanas –explica Manuel– que servirán en un futuro próximo para ludotecas y extraescolares de los chavales; en la planta de arriba se ha proyectado un local de reunión para la asociación de la tercera edad".

El embalse de la Tranquera es otro aliciente para la vista y la visita; eso sí, la plaga del mejillón cera lo puso en jaque hace algo más de una década. "Fluctúa mucho en las alturas, aunque este año está precioso; anda al 90% y da gozo verlo. Está destinado para el riego, aunque también surte a Calatayud… con las nuevas plantas de desinfección ha mejorado todo, y de hecho funciona mucho el tema de la pesca".

Manuel trabaja en el área de contabilidad del Monasterio. "Nos puso en el mapa nacional; es la vida del municipio y de toda la zona, junto a los balnearios. Todo el pueblo se dedica al turismo de manera directa o indirecta; además, gracias a la gran afluencia de público con el Monasterio, hay servicios de sobra: oficina bancaria con cajero, farmacia, urgencias 24 horas que son referencia para la zona junto a las de Alhama, dos tiendas, un montón de restaurantes y bares… casi entramos el pueblo entero en alguno de los establecimientos. Hay bastante gente joven y niños de varios pueblos en nuestra escuela; eso es futuro".

Las tres cofradías que han rescatado tradiciones muy señaladas

En el pueblo hay tres cofradías prácticamente coetáneas, con algo más de una década de existencia. La de San Sebastián celebra las fiestas de invierno el 20 de enero; la del Cristo del Valle tiene su fecha grande el 3 de mayo, cuando se acude a su ermita en el centro del pueblo, junto al pilón. La de la Semana Santa se consagra al Cristo Yacente y se fundó para que no se perdieran las tradiciones locales en los días santos. "El párroco de aquellos momentos, don Jesús Martínez, ayudó mucho y acabamos incluyendo tambores y bombos en la cofradía, con la asistencia de especialistas del Teruel. Recuperamos también en 2008 el abajamiento del cristo articulado, típico de Viernes Santo; llevaba más de treinta años sin hacerse. En Ibdes no llegó a perderse la tradición y por medio de uno de la cofradía con raíces allá nos documentamos bien para hacerlo de manera fiel; ese primer día de la recuperación lo recordamos todos, porque por toda la iglesia había gente llorando como magdalenas de la emoción".

En datos

Comarca: Comunidad de Calatayud

Población: 325

A Zaragoza: 109 km

Los imprescindibles

El torreón

En la parte más elevada del pueblo se alzan los restos de lo que fue una antigua fortaleza, de la que sólo se conserva su torreón del siglo XIV, recientemente restaurado por la administración local con el apoyo de la provincial.

El silo creativo

El antiguo silo del pueblo es actualmente una Sala de Arte en la que puede disfrutarse de exposiciones; además, hay venta de cuadros y tienda de regalos en el nivel calle. La edificación se yergue junto a la carretera de entrada.

Camping Lago Resort

Está en la carretera de Alhama, llegando a Nuévalos, y cerca del pantano de La Tranquera. Se construyó sobre la ladera de una pared montañosa, y se halla a apenas 3 kilómetros de distancia del Monasterio de Piedra.

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