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La agricultura trae la luz a Campillo... y las comunicaciones le quitan fuerza

El municipio, que vive una situación esperanzadora en el sector primario, adolece sin embargo de conexiones adecuadas por carretera y tiene problemas de señal móvil e internauta.

José Antonio Alonso ha sido el teniente de alcalde de Campillo de Aragón en esta legislatura que ahora concluye. Es natural del pueblo, donde ha emprendido su vida laboral. "Soy agricultor; aquí es todo sector primario, también ganadería. Se cultiva sobre todo cereal y girasol, nos hemos quedado bastantes agricultores en Campillo. Mi mujer es de Ibdes; además de en nuestro pueblo siembro allá, y también en Jaraba. En el campo nos hemos organizado para mover producto con una seleccionadora junto a tres o cuatro vecinos de Cimballa; subimos el agua de allí, y decidimos ofrecerles que entrasen para irnos ayudando. Algún otro pueblo ha querido entrar, incluso de los más cercanos de Castilla, pero lo hemos mantenido a dos. Ha sido un empeño mío y estamos contentos".

Las carreteras son el gran dolor de cabeza del municipio. José Antonio no se corta al describir la situación. "Es un dolor de cabeza, me gustaría dejarlo claro; han venido y la han marcado como ocho veces, pero nunca la hacen. Desde el monasterio de Piedra al limite de provincia hay unos 15 ó 16 kilómetros; puedes ver como nada más cruzar el acceso al monasterio la carretera ya cambia a peor, y no sé por qué no se termina. Dicen que no hay dinero, pero para hacerla bien hasta el monasterio si hay dinero, en Castilla la Mancha también, pero nosotros estamos mal y eso pasa por los dos accesos a Campillo, no hay lado bueno".

La cosa adquiere tintes muy serios. Por la carretera de Jaraba los camiones ya no pueden bajar. "Lo han prohibido –comenta José Antonio– porque es demasiado estrecha y hay varias curvas imposibles de coger para un vehículo así, ya han volcado dos o tres. Con los tractores de hoy en día, cuando te cruzas dos, uno se tiene que salir afuera o hay que recular; empezaremos a cosechar antes de un mes, y volveremos a vivir estas historias, viene muy justo con las cosechadoras para bajar por ahí. Nos sentimos dejados de la mano de Dios". El pueblo también tiene tres cuadrillas de albañiles que se mueven por toda la zona.

El otro matiz clásico en los problemas de comunicaciones del mundo rural aragonés también está presente en Campillo. "También tenemos problemas serios con internet –puntualiza José Antonio– hasta el punto de que la doctora no puede conectarse cuando viene a consulta. La cobertura de móvil también falla mucho, sobre todo en la parte delantera del pueblo. Son cosas fundamentales para que un municipio tire para adelante, y aquí necesitamos más atención en ese sentido".

El pueblo acaba de pasar por fechas muy festivas. San Pedro Mártir se celebra cada año los días 29 y 30 de abril, teniendo en cuenta el fin de semana más próximo. En la ermita de Santa Lucía, de considerable tamaño y perteneciente al pueblo, se concentró hace 10 días la festividad de San Isidro, identificativa del mundo agrícola; hay procesión circular de tractores con el santo montado en un remolque, y merienda popular a la conclusión del acto.

La Sábana Santa de Campillo

Los días 14 y 15 de septiembre se celebra la Exaltación de la Santa Cruz, pero en el pueblo se conocen estas fiestas como las de la Sábana Santa. El objeto de estudio de la sindonología (se llama síndone a esta famosa reliquia turinesa) tiene una copia en Campillo de Aragón. Aunque las fiestas populares correspondientes a las citadas fechas de septiembre se han trasladado a agosto para beneficiar a los hijos del pueblo que regresan en verano, los residentes siguen haciendo una celebración más modesta en los días tradicionales.

"La Sábana la trajo un hijo del pueblo hace casi 400 años; está guardada en un lienzo en la iglesia, y se puede ver muy pocas veces al año, sin excepciones", explica José Antonio. La historia explica que Fray Lucas Bueno Nuño, natural del pueblo, obispo de Malta y Gran Prior de la Orden de san Juan de Jerusalén, la regaló al pueblo; era una copia de la original, conservada en Turín. La había recibido en 1650 de parte de la Casa Real de Saboya. En 1652, el eclesiástico campellano la mandó a Zaragoza; el recibidor de la Orden de San Juan la entregó a Antonio Bueno y Andrés Martínez, vecinos de Campillo, quienes la trasladaron al pueblo al año siguiente.

El pueblo tiene una gran devoción a la tela, aunque en este caso –con la de Turín, las consideraciones de autenticidad cambian de rumbo constantemente– no hay debate sobre su origen. Se guarda en una arqueta con cuatro cerraduras, enrollada en dos varas de ébano, en la parroquia de San Juan Bautista, templo renacentista que formó parte de una estructura fortificada en el antiguo castillo local, situado en la parte alta del pueblo. La Sábana solamente se exhibe tres momentos al año: en Viernes Santo, un fin de semana de agosto para que los hijos del pueblo que residen fuera puedan verla, y el 14 de septiembre por la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.

En datos

Comarca: Comunidad de Calatayud

Población: 149

A Zaragoza: 125 km

Los imprescindibles

La parroquia

La iglesia de San Juan Bautista data del siglo XVI, y se enclava en el gótico tardío. La torre se levanta adosada al tramo de los pies del lado de la Epístola. Consta de dos partes diferenciadas; la inferior, en sillería, y la superior en ladrillo.

Entre-Cerezos

José Miguel Tornos lleva esta coqueta casa rural, recientemente remodelada, con capacidad para ocho plazas, situada a media altura en la calle Rúa, una de las que suben hacia la parroquia de San Juan Bautista.

La escolarización

Los niños van al cole en Nuévalos. La secundaria es en Ateca (a 30 kilómetros), lo que encamina al transporte a la carretera de las casi 100 curvas y sumar otros 20 kilómetros, con paradas en Jaraba, Ibdes, Carenas y Castejón. Hora y cuarto...

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