Las cinco chicanes de Antonio Leyva toman forma en Oliver

El Ayuntamiento de Zaragoza comenzó este lunes a instalar cinco chicanes en Antonio Leyva como solución a la alta siniestralidad registrada en la calle desde su reforma integral de hace apenas diez meses. Esta es la solución por la que han optado los técnicos de Movilidad, pese a que las asociaciones de vecinos del barrio Oliver preferían ejecutar badenes o los denominados cojines berlineses, unas elevaciones en mitad de la calzada que obligan a reducir la marcha del tráfico.

«Cuando nos reunimos con el Ayuntamiento les pedimos cojines berlineses porque son más baratos y eficaces, pero venían con una idea preestablecida y nos la impusieron», criticaba ayer Antonio García, presidente de la asociación Oliver Centenario. Una postura similar defendió Manuel Clavero desde la otra entidad vecinal del barrio, Oliver Aragón. «Nuestra primera opción no eran las chicanes, sino badenes o resaltes en la calzada», señaló.

Desde el Consistorio defendieron que esta intervención es reversible, por lo que se probará su utilidad y, en caso de no dar resultado, permite restituir el estado anterior de la vía o probar otras fórmulas. No es la primera vez que se opta por esta solución en Zaragoza. En calles como Domingo Miral, Pedro Cerbuna, Cortes de Aragón o Manuel Lasala ya se han modificado los carriles, de forma que las líneas que los delimitan forman un trazado sinuoso que obliga al conductor a tomar curvas dentro del carril y, por tanto, a reducir la velocidad.