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Maroto asegura en Zaragoza que siguen trabajando para traer una fábrica china de baterías a España pero sin renunciar al proyecto español

La ministra de Industria ha clausurado la jornada del auto organizada por Fitca UGT que ha registrado un aforo completo.

Jornada sobre la transformación del automóvil en la Cámara de Comercio de Zaragoza.
Jornada sobre la transformación del automóvil en la Cámara de Comercio de Zaragoza.
Guillermo Mestre

La ministra Reyes Maroto ha dicho en Zaragoza que siguen trabajando por conseguir traer una fábrica de baterías a España pero sin renunciar a tener un proyecto español propio: “La semana que viene viajo a China, pero estamos también en una alianza europea para desarrollar esta tecnología”, ha dicho, a la vez que ha insistido en el compromiso de trabajar con el sector de forma conjunta en una “transición ordenada” hacia una movilidad sostenible.

En la necesidad de llegar al año que viene a una industria que represente el 20% del PIB español y no el 16,1% actual y al imperativo de evitar que Estados Unidos imponga aranceles a los coches fabricados en Europa, tras haber conseguido una moratoria de seis meses, se ha referido la máxima responsable del Ministerio al clausurar la jornada sobre la transformación del automóvil en la Cámara de Comercio de Zaragoza. Asimismo, se ha referido al imperativo de digitalizar las plantas de producción en España, hacerlas más inteligentes y dotar también de habilidades tecnológicas a sus trabajadores. La ministra ha insistido sobre todo en la necesidad de ir de la mano del sector.

Preocupado se ha mostrado el vicepresidente de Anfac, Mario Armero, por la caída del 10% que se está produciendo en la venta de coches nuevos y el incremento del 6% en la de vehículos usados. Algo, que, a su juicio, demuestra la falta de confianza primero en la economía, en general, porque ya se habla de desaceleración; segundo, porque los jóvenes priorizan la movilidad a tener un coche; y en tercer lugar, porque hay una parte del público muy confundido por la tensión mediática que se ha producido en torno al diésel y que afortunadamente, ha reconocido, se está rebajando.

Calificando de milagro las 17 plantas productivas que tenemos en España que ya disponen de 16 coches eléctricos entre los 46 modelos que van a lanzar, Armero ha destacado que el gran desafío que tiene la industria de la automoción es evolucionar hacia la industria de la nueva movilidad. “Si la primera representa el 10% del PIB en España y un negocio de 120.000 millones de euros, la segunda supone 300.000 milllones y el reto está en saber dar el salto sin que tenga un impacto negativo”, ha dicho.

Asimismo, José Portillo, director general de Sernauto, ha reivindicado un mayor protagonismo para la industria de componentes en España que agrupa a 1.100 empresas y factura 36.000 millones de los que el 55% son exportación. “El 75% del valor del vehículo lo aporta la industria de componentes y aunque el coche eléctrico podría reducir el número de piezas, su valor no bajaría ya que están incorporando más tecnología”. En este sentido, ha puesto el acento en que el esfuerzo en I+D+i de la industria auxiliar es el triple que en otros sectores, 1.500 millones de euros, el 4,2% de la facturación, para poder mantener esa cuarta posición que esta industria tiene en Europa y que puede quedarse en tercera posición cuando se haga efectivo el ‘brexit’ en el Reino Unido.

Marta Bláquez, vicepresidenta ejecutiva de Faconauto, ha pedido al Gobierno un plan de achatarramiento que saque del mercado 15 millones de vehículos con 20 años que tenemos en España. Asimismo, ha insistido en la necesidad de priorizar el empleo antes que nada ya que una oscilación en ventas del 10% a la baja puede suponer 150.000 coches menos al año que se venden y 5.000 empleos en los concesionarios que entran en riesgo.

Por su parte, José Luis Valles, del Observatorio del automóvil de UGT Fitca en Castilla y León, ha incidido en la necesidad de que junto con el vehículo eléctrico, se siga apostando por los vehículos de combustión (gasolina y diésel), altamente eficientes en emisiones, para que se puedan mantener los volúmenes de fabricación y los empleos. Sobre este punto, ha incidido en que nadie está pensando en que el coche eléctrico supondrá la desaparición de la producción de 2,5 millones de motores de combustión y de 2 millones de cajas de cambios que suponen un 30% del empleo en el sector mecánico de nuestro país.

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