Los magistrados de la Sección Sexta de la Audiencia de Zaragoza tendrán que decidir si la pérdida de cuatro dientes que sufrió un detenido por violencia de género durante el traslado en el coche patrulla fue consecuencia de un frenazo aposta del policía local que conducía o provocado por el propio arrestado, que se dio repetidos y violentos cabezazos contra la mampara, según denunció el agente.

Tanto el lesionado como el funcionario se sentaron este lunes en el banquillo. El primero, por un delito de resistencia a la autoridad y dos de lesiones, pues hirió a los dos agentes que lo trasladaban al hospital después de ser detenido. La Fiscalía exige 28 meses de prisión, una pena que la acusación particular, ejercida por el abogado Víctor Serrano en nombre del policía, eleva a tres años.

El ministerio público no acusa al funcionario, pero sí lo hace Anthony S., cuya abogada pide que se le condene a tres años de prisión con la accesoria de prohibición de uso de armas por un delito de lesiones previsto en el artículo 150 del Código Penal (que contempla la inutilidad de un órgano principal o la deformidad), así como una indemnización de 19.000 euros. Respecto a las estrategias de defensa, ambos letrados piden la absolución.

Anthony S. no declaró este lunes porque llegó a la vista oral una hora tarde: pidió disculpas porque se había quedado dormido. Sí que comparecieron el policía acusado y tres compañeros que participaron en la detención, que se practicó en junio de 2016. Varios agentes coincidieron en señalar que el arrestado es el "más agresivo" que han visto durante sus carreras.

El forense expresó sus dudas sobre que la pérdida de los dientes se produjera por un golpe seco correspondiente a un frenazo y señaló que antes del suceso el estado de la dentadura del arrestado ya era "catastrófico".

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