sucesos en zaragoza

Una menor de 15 años fue degollada en un autobús en 1981 en Zaragoza

El caso recuerda al de la joven de 23 años que estuvo a punto de morir degollada el pasado lunes a manos de su pareja en el interior de un coche en el barrio zaragozano de Miralbueno.

Noticia publicada por HERALDO el 9 de octubre de 1981 tras el asesinato de la menor de 15 años en un autobús urbano de la línea 35.
Noticia publicada por HERALDO el 9 de octubre de 1981 tras el asesinato de la menor de 15 años en un autobús urbano de la línea 35.
HERALDO

El caso de la joven de 23 años que estuvo a punto de morir degollada a manos de su pareja, de 34, el pasado lunes, 6 de mayo, en el interior de un coche estacionado en el barrio zaragozano de Miralbueno, recuerda a un suceso que tuvo lugar hace cerca de 40 años en la capital aragonesa y que, por desgracia, terminó de forma trágica. Los hechos fueron recogidos entonces por HERALDO.

El 8 de octubre de 1981, una joven del barrio Oliver, Mary Cruz García Navarro, de 15 años, fue asesinada por un vecino suyo llamado Justo Sancho Horna, de 50 años, que la apuñaló en reiteradas ocasiones en el cuello y en el pecho en un autobús urbano de la línea 35, en la calle Antonio Leyva del barrio Oliver. Al parecer, el asesino quiso vengarse de la víctima por una denuncia que esta había interpuesto contra él por haberla violado cuando tan solo tenía 12 años.

Según relató HERALDO el 9 de octubre de 1981, el conductor del autobús, Clemente Burgos Pérez, de 29 años, trató de auxiliar a la joven “con toda rapidez”, sin embargo, “ya era demasiado tarde”. Poco después de la agresión, dos vecinos introdujeron a la menor en un taxi y la trasladaron hasta el Hospital Clínico, donde “ingresó cadáver”. El conductor del autobús también tuvo que ser atendido en el mismo centro hospitalario, “dado su estado de extremo nerviosismo”.

Tras el suceso, el agresor fue detenido por la Policía y conducido a la comisaría, donde confesó el crimen y fue puesto a disposición judicial, que decretó su ingreso en prisión.

La joven fue enterrada al día siguiente, el 9 de octubre de 1981, en el cementerio de Torrero. Meses después, el 6 de julio de 1982, se celebró en la Audiencia de Zaragoza la vista oral del juicio por el asesinato de la joven de 15 años. Tal y como narró al día siguiente HERALDO, la sesión estuvo marcada por un “clima de gran tensión”. Varios familiares y vecinos de la menor insultaron al agresor y un hermano de la víctima intentó agredir al procesado. Finalmente, “el asesino del autobús”, como fue conocido por aquel entonces, fue condenado en julio de 1982 a 27 años de prisión y a pagar cinco millones de pesetas como indemnización a los familiares de la víctima.

Una venganza planeada

Mary Cruz García Navarro sufría un constante acoso por parte de su agresor, vecino suyo del barrio Arrabal, y había decidido denunciarlo tres meses antes del suceso, en julio de 1981, por haberla violado cuando tenía 12 años. Según publicó HERALDO entonces, el asesino “a partir de ese momento, había jurado que la mataría para vengarse” y la había amenazado de muerte a ella y a su madre en numerosas ocasiones.

Al parecer, el asesino siguió a la menor de cerca durante varios días, hasta que aquel fatídico 8 de octubre de 1981 la mató en el interior del autobús en el barrio Oliver, donde la joven estudiaba el primer curso de Formación Profesional en la rama de Puericultura.

El conductor del autobús, Clemente Burgos Pérez, relató a HERALDO que era el último viaje que realizaba esa mañana en sentido centro de la ciudad, tras lo cual debía dirigirse a cocheras. El trabajador vio como la víctima subía al vehículo y, poco después, su agresor. Poco después, escuchó “un grito sordo” y vio al hombre inclinado sobre la muchacha. En un principio pensó que este le estaba dando puñetazos, sin embargo, al acercarse rápidamente comprobó que “la tenía cogida por los cabellos al propio tiempo que la acuchillaba con una navaja de grandes dimensiones”. Fue entonces cuando procedió a cerrar las puertas del autobús para evitar que el agresor escapara.

La menor todavía logró levantarse y aproximarse a la parte posterior del autocar, pero su agresor la alcanzó de nuevo y volvió a apuñalarla, esta vez en el pecho, hiriéndola de muerte. El conductor pidió auxilio a gritos a través de la ventana y, poco después, la Policía llegó al lugar y detuvo al homicida, que no opuso resistencia.

Según comprobó entonces la Policía, el asesino tenía antecedentes “por amenazas, robo frustrado, agresión, abusos deshonestos, violación y delitos relativos a la prostitución, habiendo estado detenido en varias ocasiones”.

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