aragón, pueblo a pueblo

Villalengua cuida la fruta, admira la vega y se enorgullece de su parroquia

Con una base económica netamente agrícola, el pueblo pelea contra las trabas climatológicas para obtener un producto de excelente calidad, y también sabe guardar fuerzas para celebrar.

Hace 10 días, la alcaldesa de Villalengua conoció su designación para el Senado; las urnas decidieron que la gestora del consistorio local durante las cuatro últimas legislaturas, que había recibido además –lógicamente– el respaldo expreso de su formación política, defendiese los próximos cuatro años intereses que trascienden su término municipal. Ahora bien, Ana María Villar sigue teniendo a su pueblo en el horizonte y ya manifestó su disposición a repetir en la alcaldía, armonizando esta tarea con la senatorial; además, recuerda con orgullo que Villalengua no tiene actualmente paro gracias a la actividad de las empresas frutales, que es el único municipio que mantiene su colegio en toda la ribera del Manubles –con 18 niños– y que el pueblo en el que aterrizó por amor hace ya más de dos décadas es ya su casa.

Diego Aguaviva ha sido concejal en la última legislatura; es agricultor y tiene una empresa, Frutas Aguaviva. También se encarga de echar una mano con el arreglo de caminos y otras infraestructuras cuando se tercia, sobre todo en las contingencias de inundaciones, algo que ocurre con relativa frecuencia y en diversas medidas con el Manubles. Y está muy orgulloso de la labor desempeñada por su alcaldesa. "Que vaya ahora al Senado es algo bueno; aquí lleva 16 años bien trabajados y sabemos que lo seguirá haciendo también en Madrid. Este valle es muy bonito y la altura hace que la fruta tenga unas cualidades muy apreciadas por el mercado, pero también tenemos siempre la amenaza de las heladas, por el hecho de ser un espacio muy encajonado, de temperaturas algo más extremas".

La economía local es 100% agrícola, entre explotaciones y almacenes de fruta. Diego detalla la afirmación de su alcaldesa con el tema del ‘cero desempleo’. "Con mi empresa, Frutas Aguaviva, doy trabajo a 6 personas aquí. También están Frutas Carol, y Frutas Hermanos Acón; aparte de estas tres empresas, está la cooperativa Manubles, que maneja y comercializa sus cultivos más una cooperativa, Manubles. También hay gente que no tiene tierras y trabaja para otros; en el tema de la ocupación estamos bien".

El pueblo mantiene varios servicios; hay bar, dos tiendas y panadería, que lleva Inmaculada desde la jubilación de Julio, su padre, el panadero ‘de toda la vida’ en el pueblo. La comisión de fiestas, que se renueva parcialmente cada año, consta de una treintena de entusiastas que se encarga de los festejos y de otras actividades culturales y de ocio durante el año. "También contamos en el pueblo –apunta Diego– con la asociación de amas de casa, activa todo el año, y la de los Santos, que se encarga sobre todo de temas religiosos y cuidado del patrimonio. La biblioteca la llevan las amas de casa; suele estar abierta un par de días a la semana, algunos más en verano".

De fiesta

Las fiestas patronales de Villalengua son el 19 de junio, día en que se honra a los santos Gervasio y Protasio. Dentro de unos días, el 17 de mayo, llega la fiesta de San Pascual Bailón. "Ese día todo el mundo sale al campo, hay comida popular y normalmente nos juntamos más de 300 personas, alguna vez se ha llegado a los 400. También se celebra el día de la Sangre de los Santos el 19 de diciembre, aunque esta fiesta la hacemos dentro del pabellón, porque ya no hace tiempo de estar tantas horas al aire libre; hay comida y orquesta".

En una fecha variable de febrero o marzo, y coincidiendo con el miércoles central de la cuaresma, en Villalengua se celebra la fiesta de ‘Matar la vieja’. No hay que asustarse por lo categórico del nombre; nada hay de literal en el festejo, que también es celebre –con sus particularidades– en la localidad oscense de Torres de Montes. Los niños y niñas del pueblo cantan ‘¡A matar la vieja! ¡Ruin, ruin!’ y las abuelas –el término tampoco se ajusta a la literalidad– les echan caramelos, almendras, frutas y dinero desde el balcón.

Diego revela la raíz del gentilicio popular de Villalengua, siendo vilallenguino el oficial... y el que nadie usa. "Somos los camuesos, por la variedad de manzana que se llama así; ha desaparecido porque no daba dividendos, raramente encontrarás un árbol de camuesas en nuestra vega, pero nos quedamos con el nombre". Precisamente es la vega lo que puede admirarse desde el coqueto mirador que inauguró el pueblo en 2018, en un terreno que pasó al Ayuntamiento por cesión.

En el aspecto patrimonial, la estrella indiscutible es la parroquia de la Asunción. Allá llaman la atención la imagen de la Virgen Blanca, recientemente restaurada, y el retablo de la Asunción de finales del siglo XVII; también se tiene devoción al busto de Santa Afra, y en la capilla de los santos Gervasio y Protasio figuran también Santa Teresa y San Juan de la Cruz, obra de Carlos Salas, autor de un retablo y varias imágenes en el Pilar.

En datos

Comarca: Comunidad de Calatayud.

Población: 319.

A Zaragoza: 106 km.

Los imprescindibles

Crispín Mínguez

Estudioso de la historia local, editó en 2010 con la Institución Fernando el Católico su libro ‘Villalengua. Encomienda y señorío de la Orden de San Juan de Jerusalén’. Es una cuidada sucesión cronológica de diversos artículos.

La fuente de Averly

En el centro de la plaza de Villalenga destaca la fuente de cuatro caños salida de la factoría Averly de Zaragoza; data de 1905 y fue donada por el partido de Antonio Maura tras su victoria en las elecciones del año 1903.

Recuerdo de la Filarmónica

Es el nombre que recibió la banda local de música, que nació a principios del siglo pasado y siguió en activo hasta 1962; la formaban 24 músicos, todos ellos agricultores. Después hubo una charanga que duró tan solo unos años.

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