elecciones municipales

El gobierno de Zaragoza se abona a la incógnita tras el resultado de las generales

La ruptura de ZEC y Podemos, la pujanza de Vox y la inercia nacional de PP, PSOE y Cs tras el 28-A abren un escenario incierto, en el que las calculadoras echan humo.

PLENO EN EL AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA / 30/04/2019 / FOTO : OLIVER DUCH [[[FOTOGRAFOS]]]
Un momento del último pleno del Ayuntamiento de Zaragoza.
Oliver Duch

Lo que parecía más o menos encarrilado hace unas semanas –roles victimistas y papeles de triunfadores incluidos– saltó por los aires hace siete días con los resultados de las elecciones generales. El escenario que se abre en el Ayuntamiento de Zaragoza es toda una incógnita porque los factores y las variables para formar gobierno –hay 19 candidaturas, 8 de ellas con posibilidades reales– se han atomizado. Se da por hecho que el PSOE mejorará sus resultados, el PP también cree que en clave local su caída no será tan cruda como la experimentada por Casado y Cs confía en repetir el ‘sorpasso’ en la capital. Y si en la pugna por liderar la derecha parece que habrá una cruenta batalla, la incertidumbre también se cierne –y de qué manera– sobre los partidos de izquierdas, pues llegan a la cita con las urnas fragmentados y los más agoreros dicen que eso complica, incluso, el tener representación.

El actual alcalde, Pedro Santisteve, vuelve a encabezar la lista de Zaragoza en Común que ahora cuenta con 9 concejales, pero que es más que probable que este 2019 se deje varios por el camino. El natural desgaste que siempre supone la gestión de un gobierno, el hecho de que en 2015 los comicios fueran justo en el momento en el que ZEC estaba en la cresta de la ola y algunos errores de bulto combinados con la ausencia de autocrítica en su gestión hace que sea complicado que ZEC consiga revalidar la mayoría que –pactos mediante– le llevó a la alcaldía hace cuatro años. Para más inri, Santisteve, Cubero (PCE) y Nacho Escartín (Podemos) no han conseguido ponerse de acuerdo para ir en una lista conjunta, por lo que los podemistas presentan su propia candidatura, encabezada por Violeta Barba, seguida por Fernando Rivarés, que no debe estar pasando unas semanas del todo agradables navegando entre dos aguas. A más, a más, de ZEC también se ha escindido Demos+.

Los politólogos recuerdan que para tener representación municipal hace falta un mínimo del 5% de los votos y, aunque dependerá de la participación, va a haber varios partidos que superen o estén rondando ese límite. CHA, que actualmente tiene dos ediles, obtuvo en 2015 el 6,78% de los comicios, pero la fragmentación de la izquierda le puede pasar factura.

Por otro lado, el PARaspira a regresar al Consistorio de la mano de Elena Allué –lleva ya dos mandatos fuera– pero en las últimas municipales apenas se hizo con 9.184 votos (el 2,82%).

A toda esta vorágine hay que sumar la eclosión de Vox, que en las generales de hace dos semanas consiguió casi 50.000 votos, lo que –si no se desinfla– podría granjearle hasta cuatro concejales.

¿Conclusiones? Que la incertidumbre es absoluta, que va a estar muy caro sacar uno o dos concejales y que para la noche electoral convendrá repasar los libros de aritmética. Eso, si las posibles alianzas no están supeditadas a otros acuerdos que se alcancen en el Gobierno de Aragón.

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