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Un acusado de agredir sexualmente a una joven admite que ella estaba borracha pero "consciente"

La Fiscalía pide para el encausado siete años de prisión, la acusación, nueve y su defensa la absolución. Él lo niega todo y dice que las relaciones fueron consentidas. 

El acusado, Davis A. H., durante la vista celebrada este lunes en la Audiencia.
El acusado, Davis A. H., durante la vista celebrada este lunes en la Audiencia.
Heraldo

¿Agresión sexual o relaciones consentidas en estado de embriaguez? El tribunal de la Sección Sexta de la Audiencia de Zaragoza deberá dilucidar si Davis A. H. abusó de una joven con la que estuvo bebiendo grandes cantidades de ron o si esta accedió libre y voluntariamente a mantener un contacto sexual con él. La diferencia entre una y otra situación puede ser una condena de entre siete y nueve años de prisión o la libre absolución.

Los relatos que hacen el acusado y la denunciante de lo que pasó en la madrugada del 6 de noviembre de 2017 en un local vacío de la calle de Lozano Monzón de Zaragoza, situado junto al pub Encuentro Latino, dónde estuvieron ambos varias horas, solo coinciden en que él la invitó a tomar ron y ella aceptó.

"Llegó al bar sobre las doce de la noche, se sentó a mi lado y le ofrecí tomar de mi botella. Estuvimos hablando y bebiendo y el alcohol nos afectó", declaró este lunes Davis A. H., que calculó que se tomaron casi dos botellas.

Sobre las tres de la madrugada, él salió a fumar a la calle y le hizo señas para que lo acompañara. "Estábamos borrachos y desinhibidos, pero ella estaba consciente. Nos empezamos a enrollar y nos dimos cuenta de que la puerta de al lado estaba abierta, entramos y nos echamos en el suelo", manifestó. Allí, según explicó, comenzaron a mantener relaciones: "No nos preguntamos, nos dejamos llevar". La escena fue interrumpida por la dueña del bar, que sorprendió a la pareja en el suelo y le hizo una fotografía. Según el acusado, se sintieron "pillados", se levantaron y la chica se fue "como si no pasara nada".

Sin embargo, la encargada del local contó algo muy distinto. Dijo que, preocupada, había salido a buscar a la joven, a la que conocía perfectamente puesto que vivía en su casa y compartía una habitación con su propia hermana. "No se enteraron de la foto. Creo que ninguno se dio cuenta. Yo cogí a la chica la medio vestí y me la llevé. Me costó porque es alta y la fui llevando hasta casa a empujones. Balbuceaba y no se enteraba de nada. Estaba totalmente borracha. La dejé tirada en el sofá y volví al trabajo", contó la testigo. Sobre el objeto de la foto, explicó que la hizo con la intención de "dar una lección" a la chica, porque "no controlaba" su forma de beber.

La joven, por su parte, declaró que solo se acuerda de que fue al bar y se bebió unos "diez o doce chupitos". Su siguiente recuerdo es despertarse sucia, con sangre del periodo y de orina porque se había hecho pis encima y le dolía mucho un costado y la frente. Cuando la dueña del bar le mostró la foto se quedó "horrorizada".

La muchacha ratificó que que ella nunca le dio su consentimiento para mantener relaciones ni estaba en condiciones de hacerlo. "No le insinué, no coqueteé, no bailé con él y no le di ningún motivo par que hiciera eso", insistió. Tanto el acusado como su madre afirmaron que denunció los hechos para conseguir los "papeles", algo que ella negó rotundamente. La chica vive ahora en otra ciudad diferente y manifestó que estuvo recibiendo "presiones" e "insultos" de la familia del acusado y de su entorno. 

La acusación particular, a cargo de Edna Barroso y Javier Osés, solicitan una condena de 9 años de prisión por una agresión sexual mientras que la fiscal solicita 7 y la defensa, a cargo de Silvia Monclús, pide la absolución.

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