Barrios de Zaragoza 

Crece la inseguridad en la calle Ramón Pignatelli tras una agresión homófoba

Un ciudadano del colectivo Calles Dignas, que lucha por mejorar la convivencia en la zona, sufrió varios golpes por parte de un vecino que ya le había insultado en otras ocasiones por su orientación sexual.

Crece la inseguridad en la calle Ramón Pignatelli de Zaragoza tras una agresión homófoba
Calle Ramón Pignatelli de Zaragoza.
Heraldo.es

Los vecinos de la calle Ramón Pignatelli y sus adyacentes han alertado en varias ocasiones de los problemas de convivencia que tienen que sufrir a diario a causa de la 'okupación', el tráfico de drogas y la suciedad de la vía pública. Sin embargo, la sensación de inseguridad entre los residentes ha crecido en los últimos días tras la agresión que sufrió el pasado viernes uno de sus vecinos, integrante del colectivo Calles Dignas.

El agredido, O.V.M, denunció ante la Policía Nacional haber recibido dos puñetazos por parte de otro vecino del barrio que hace unos meses ya le insultó por ser homosexual. Al parecer, según relata la víctima, cuando salía de su vivienda de la calle Ramón Pignatelli para pasear a su perro se encontró con el presunto agresor y su perro, un mestizo de tamaño mediano que iba suelto. El vecino siguió su camino hacia la plaza de toros y fue entonces cuando recibió un golpe en la espalda y otro en la oreja. “Yo llamé a mi perro y el hombre debió creer que le decía algo. Cuando me giré fue cuando me dio los puñetazos. No me lo esperaba”, señala.

Tras la agresión, y ante las advertencias de la víctima de que iba a llamar a la policía, el presunto autor huyó en dirección a Miguel de Ara, hasta que en el transcurso de la carrera una furgoneta de la Policía Nacional logró identificar al agresor.

Un día después de lo sucedido, la víctima interpuso una denuncia en la que se recogen también otros episodios de violencia protagonizados por el mismo vecino. A comienzos de año, el perro del supuesto agresor ya trató de atacar al de O.V.M., que le recriminó que paseara a su mascota suelta. Poco después, una noche de mediados de febrero, la víctima llamó a la Policía Local porque un grupo de niños estaban jugando a la pelota contra una pared de chapa metálica de la calle Pignatelli. Como los agentes tardaron en llegar, el vecino decidió bajar él mismo para intentar hacer entender a los chavales que era tarde y que al día siguiente debía ir a trabajar. Fue entonces cuando apareció el otro vecino y comenzó a proferirle insultos homófobos. “Me dijo que era un maricón de mierda, que era un amargado porque no había tenido infancia y que me iba a arrepentir de lo que hacemos en el barrio”, apunta en referencia al trabajo de Calles Dignas.

Tras lo vivido el pasado viernes, este vecino reconoce que no se siente seguro del todo al salir a la calle y reclama una mayor presencia de la Policía Local en la zona, ya que considera que la actual es insuficiente. “Salgo de mi casa con la cámara del móvil encendida, por si acaso”, asegura. No obstante, no se arrepiente de haber denunciado lo ocurrido a pesar de las posibles represalias, ya que cree que el haberlo contado puede ayudar a terminar con la homofobia. “Creo que si no nos armamos de valor esta gente se va a hacer con el barrio. Yo lucho por el barrio y soy homosexual, así que la agresión ha sido por alguna de esas dos cosas”, denuncia.

Con respecto a la vigilancia en el entorno de Ramón Pignatelli, fuentes de la Policía Local aseguran que los mandos responsables de cada sector conocen las características de las diferentes zonas de la ciudad y adaptan la vigilancia y los dispositivos según las necesidades de cada una de ellas.

“¿Quién va a comprar un piso aquí?”

Tras conocer la agresión del viernes, los vecinos reconocen que los ánimos están caldeados y que el sentimiento de inseguridad es generalizado. “Todo el mundo está muy alterado”, afirma una vecina que prefiere no identificarse. Lleva cerca de tres décadas viviendo en esta zona de Zaragoza y, aunque asegura que cuando llegó la convivencia era buena, la situación ha ido a peor con el tiempo. “Sé de gente que quiere vender el piso y marcharse, pero ahora esto no vale nada, ¿quién va a comprar un piso aquí?”, se pregunta.

Por su parte, el Ayuntamiento de Zaragoza recuerda que actualmente están trabajando, a través de la Policía Local y del Plan Integral del Casco Histórico (PICH), en “un plan específico en relación con problemas de limpieza y de convivencia vecinal en ese entorno” y que mantienen reuniones con la asociación Calles Dignas.

Además, señalan que “desde enero hay una especial atención por parte de la Policía Local, con miembros de la Unidad de Refuerzo Flexible (URF) para detectar y sancionar, en su caso, malas prácticas en materia de limpieza de residuos”.

Por último, consideran que esta mayor presencia de la Policía Local en la zona “repercute en una mayor atención en el ámbito de la seguridad ciudadana que, en todo caso, es competencia del Cuerpo Nacional de Policía, con el que se mantiene una estrecha colaboración”.

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