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Absuelven a un hombre acusado de abusar de una menor en Zaragoza

Pedían 6 años de cárcel para el sospechoso, pero no se puede descartar que la chica lo inculpara para evitar una expulsión del instituto.

El acusado, cuando entraba al juicio en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El acusado, cuando entraba al juicio en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Raquel Labodía

La Audiencia de Zaragoza no ha encontrado pruebas de consistencia para condenar a José Raúl A. C., un hombre de 50 años para el que se pedían hasta seis de prisión como presunto autor de los abusos sexuales denunciados por una menor, hija de una amiga. A la hora de absolver al encausado, el tribunal señala que la única prueba incriminatoria que existe contra él es la declaración de la chica, que cuando ocurrieron los hechos tenía 13 años. Y reconoce que las declaraciones de la menor tampoco reúnen los estándares de verosimilitud y firmeza necesarios para sustentar una sentencia condenatoria.

Los magistrados que juzgaron al acusado a mediados del pasado mes de febrero no han pasado por alto el hecho de que la adolescente denunciara los supuestos abusos el 21 de diciembre de 2017, cuando según esta habrían ocurrido nueve meses antes: en la primera quincena de marzo.

La defensa, a cargo del letrado Javier Notivoli, hizo constar en el juicio que la primera vez que la chica habló de estos presuntos tocamientos fue el día que le anunciaron que iba a ser expulsada del instituto por mal comportamiento y por faltar al respeto a un par de profesores. Según el abogado, podría haberse tratado de una estrategia de la menor para evitar la sanción, ya que al decir que había sido víctima de abusos sexuales no se le aplicó ninguna medida disciplinaria. Y lo cierto es que los magistrados tampoco pueden descartarlo.

Lo único que considera probado la Sección Tercera de la Audiencia Provincial es que José

Raúl A. C. y su esposa estuvieron viviendo una temporada en casa de la madre de la denunciante en Zaragoza. Como esta última tenía tres hijos y el piso tan solo contaba con dos habitaciones, la presunta víctima de los abusos compartió cama con el acusado y su mujer en un par de ocasiones. Sin embargo, el tribunal no considera acreditado que el hombre se aprovechara de esta circunstancia para someter a la menor a tocamientos, tal y como ella asegura.

Sí que compartieron cama

Durante el juicio, el acusado negó tajantemente haber abusado de la chica. "Mi señora y su madre –de la misma nacionalidad– eran amigas desde hacía 18 años, por lo que cuando llegamos a Zaragoza nos ofreció su casa para alojarnos. Estuvimos allí hasta el mes de julio, en una habitación por la que pagábamos 200 euros", explicó al tribunal. "La chica estaba muy apegada a mi mujer y como la casa no tenía mucho espacio, en un par de ocasiones se quedó a dormir en nuestra cama. Pero yo me acostaba en un lado y ella en el otro, con mi mujer en el medio", relató el encausado. "Pero yo nunca la toqué ni mucho menos abusé de ella", insistió.

"En un par de ocasiones se quedó a dormir en nuestra cama. Pero yo me acostaba en un lado y ella en el otro, con mi mujer en el medio"

Al ser interrogada durante la vista, la adolescente no pudo recordar si fueron dos o tres veces las que durmió en la misma cama que el encausado y su esposa. Lo que sí dejó claro es que los supuestos abusos se produjeron la "última vez". Según esta, el encausado aprovechó el momento en que su mujer fue al baño para acercarse a ella y empezar a manosearla por encima del pijama, que era "muy fino". "Intentó meterme la pierna entre las piernas, pero yo apreté con fuerza", declaró.

Sin embargo, recuerda el tribunal en su sentencia que la esposa del encausado negó en el juicio haberlo dejado alguna vez solo con la niña. La mujer también dijo que era falso que la supuesta noche de los hechos ella fuera al baño, como mantiene la denunciante.

Sobre la credibilidad de la niña, las psicólogas del Instituto de Medicina Legal de Aragón (Imla) dijeron que su relato cumplía criterios para ser considerado creíble, "atendiendo al protocolo utilizado". Pero al no hallar pruebas periféricas que apuntalen la acusación de la adolescente, considera el tribunal que es imposible llegar a la íntima convicción de que los hechos ocurrieron tal y como los relatan las acusaciones.

La sentencia no es firme y tanto la Fiscalía, que pedía tres años de prisión, como la acusación particular, que ejercía Agustín Arredondo y solicitaba una pena de seis, han recurrido el fallo ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón.

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