educación

“Para llevar a mi hija con autismo al cole tendremos más de 40 minutos de autobús”

La DGA tiene 32 centros con escolarización preferente para alumnos con autismo, pero la disponibilidad de plazas en la margen izquierda de Zaragoza es reducida.

Colegio la Jota, que el próximo curso será centro integrado.
Sergio no ha conseguido plaza para su hija con autismo en el colegio de La Jota. 
Aránzazu Navarro

Desde que hace más de una década el Gobierno de Aragón impulsara la creación de centros de atención educativa preferente al alumnado con trastorno del espectro autista (TEA); el número de colegios e institutos que cuentan con esta posibilidad no ha hecho más que aumentar. Según la información facilitada por el departamento de Educación, Cultura y Deporte, en el curso 2019-2020 habrá un total de 36 centros educativo con aulas TEA, cuatro más que actualmente.

Este incremento pone en evidencia el interés del actual Ejecutivo autonómico para intentar mejorar las opciones disponibles. Sin embargo, todavía existen lagunas y deficiencias, especialmente, para los padres que tienen que escolarizar a su hijo (diagnosticado con autismo) a los tres años. Un ejemplo es la desigual distribución de estos centros. Mientras que en algunas zonas como la 8 (Universidad, Romareda, Casablanca, Arcosur, Rosales del Canal y Valdespartera), 6 (Delicicas, Oliver y Miralbueno) y 1 (Actur, Zalfonada y Picarral) hay hasta cinco colegios con estas aulas, en otras como la 4 (con el Miguel Artazos de Utebo) y la 1 (La Jota) solo disponen de un centro escolar con atención preferente para este alumnado.

Sergio, su pareja y su hija (con autismo) viven en el barrio Jesús, pero tras semanas de espera, no han conseguido una plaza para que la pequeña se escolarice el colegio de La Jota, donde les aseguraron que tenían posibilidades. Finalmente, tendrán que trasladarse hasta el Luis Vives (ubicado entre la plaza de las Canteras y el hospital San Juan de Dios), lo que supone una distancia de más de 4 kilómetros. “Hemos estado mirando y para poder ir al colegio tendríamos unos 40 minutos en autobús, más el tiempo de espera en la parada”, explica Sergio.

Sergio había solicitado una vacante en el colegio de La Jota y, en el caso de no contar con plazas (como ha ocurrido), en varios de Zalfonada. Finalmente tendrá que desplazarse a más de 4 kilómetros de su hogar. "Con esta resolución es imposible organizarnos para llevar a la pequeña al cole, a las clases en el centro de apoyo de la DGA y a otras que acudimos en un centro privado", puntualiza. La menor acude dos veces por semana al centro de atención temprana de Vadorrey y, al menos, otro día más a uno privado. "En ocasiones, estas citas tienen que ser en horario escolar, por lo que, estando tan lejos un lugar del otro, mi hija perdería muchas horas de clase, además de pasar unas 14 horas semanales en el autobús", lamenta. 

No hay que olvidar que los sitios cerrados donde hay mucha gente y alboroto (como es un autobús) suelen poner nerviosos a los pequeños. Una característica que se agudiza en personas con autismo. "Por suerte, actualmente no tenemos este problema; pero podría acabar dándose y eso me preocupa", puntualiza Sergio. Además, destaca la importancia de la socialización en esta etapa, especialmente para los niños con autismo (más introvertidos, nerviosos y sensibles). "Por la tarde ya no podría quedarse en el parque de al lado del cole porque tendremos casi una hora de camino a casa", explica preocupado. A todo ello habría que añadir la organización y conciliación familiar, que también se verían afectadas. 

Tal es la situación a la que se enfrenta esta familia, que incluso han valorado la opción de que la menor sea matriculada en un colegio sin aula TEA. "Cuando nos hicieron la valoración de la pequeña, nos explicaron que un centro de este tipo era lo mejor para ella. No lo dudamos, pero es imposible organizarnos", lamenta. Dada esta circunstancia, se plantean la opción de que la menor sea escolarizada en un colegio cerca de su casa (y del centro de atención temprana de la DGA al que acude regularmente). Allí podría contar con personal de apoyo (docentes de Audición y Lengua o Terapia Ocupacional, por ejemplo), aunque no tan específico como en el centro designado.

Falta de información

Durante estos meses previos a la escolarización de la menor, Sergio ha sentido que no ha tenido toda la información que hubiera necesitado. "A nosotros nos dijeron que no habría problemas y ahora nos tenemos que ir al otro lado de Zaragoza", recalca. Estos menores ocupan las plazas reservadas para alumnos con necesidades educativas especiales (Acneaes). El número de vacantes TEA se publican antes del proceso de escolarización, pero después desaparecen y no existe un seguimiento diario como sí que ocurre con el resto de plazas del proceso. Desde el departamento de Educación recuerdan que tanto los equipos de atención temprana como los centros educativos como el Servicio Provincial están al servicio de las familias para cualquier consulta individualizada.

¿Cómo funciona un centro con aulas TEA?

Los centros de atención preferente TEA van dirigidos a alumnos que no requieren la atención propia de un centro de educación especial pero sí de apoyo personal y material específico. En ellos los niños con trastorno de espectro autista reciben una atención combinada: aprenden en el aula ordinaria que les corresponde por edad y, durante unas horas, reciben atención especializada. En estas aulas la ratio máxima es de 7 alumnos en Infantil y Primaria y 8 en Secundaria. En la actualidad, según los datos facilitados por el Gobierno de Aragón, unos 250 menores están matriculados en este tipo de colegios. 

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