exaltación infantil 

Los tambores presumen de cantera y afición

Unos 700 niños menores de 14 años han dado buena muestra de su precoz virtuosismo con los redobles y las carracas en el Príncipe Felipe.

Aunque muchos saltaban a la pista atenazados por los nervios, al final se acababan soltando, daban diestros baquetazos y siempre acababan con una de esas sonrisas que derriten a los progenitores. Alderedor de 700 chavales menores de 14 años se han dado cita en el pabellón Príncipe Felipe para demostrar que los sonidos de la Semana Santa entusiasman desde la más tierna edad (los más jovencitos tenían unos 3 años) y que el relevo generacional está garantizado. 21 cuadrillas han desfilado por la pista en la 26ª exaltación de instrumentos tradicionales que este año, por delegación de la Junta Coordinadora, organizaba la cofradía de la Crucifixión.

Han sido los pequeños talentos de la Exaltación de la Cruz los encargados de romper el hielo con sus redobles, después de que el piquete y el desfile de guiones y estandartes diera la bienvenida a los presentes. Desde el primer minuto en el que los benjamines han pisado el parqué del Felipe -habitualmente se celebra esta cita en el Siglo XXI- se dispararon los ‘flashes’ de los móviles. En las gradas, se han escuchado vítores, aplausos y, sobre todo, se han visto gestos de aprobación de padres emocionados, que también han sufrido al ver que algún niño llevaba el bonete demasiado ladeado o el cíngulo en el lado equivocado.

Uno de los momentos más celebrados ha sido la aparición de los chavales de la Entrada, con sus características carracas, y también el hermanamiento entre dos de las cofradías más jóvenes de la ciudad, el Despojado y las Negaciones (San Lamberto), que han actuado de forma conjunta. Algún niño se despistaba, a otro se le caía la medalla al suelo y los había tan pequeños que parecía que se iban a pisar el hábito.

Pero no ha habido damnificados. Todo lo contrario, incluso algún desafine de corneta ha sido enmascarado por las ovaciones porque el público ha derrochado entusiasmo. En la grada, niños aún más pequeños que los protagonistas trataban de seguir el ritmo con sus tambores de juguete, al tiempo que la hinchada agitaba globos de los colores del hábito y el capirote -aún inéditos- de cada hermandad. Los organizadores calculan que se han dado cita cerca de tres mil espectadores en el pabellón.

Tras el preludio de redobles de este sábado, será el turno de los adultos: desde las 10.00 del domingo están convocadas las cuadrillas ‘de mayores’ en el mismo escenario (ojo, que la maratón dificultará muchos trayectos). En la parte de exaltación tocarán 11 cofradías, y serán otras 16 (algunas de Alagón, Utebo o Zuera) las que aspiren a premio en la modalidad de certamen.

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