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Las antiguas harineras buscan su sitio en el siglo XXI

El proyecto de incubadora de empresas de Calatayud, ejemplo de futuro para estos edificios con siglos de historia, en las II Jornadas de Patrimonio Industrial de Casetas.

Buscar una segunda vida para edificios emblemáticos como las antiguas harineras surgidas al calor de la revolución industrial no resulta fácil. Conseguir la financiación para llevar a cabo el proyecto se convierte en todo un reto para los promotores, una vez conseguido el consenso político y la concienciación ciudadana de su valor histórico, cultural y social. En Zaragoza ha habido ejemplos como la Harinera de San José, que después de un largo periplo terminó convertida en un moderno espacio de equipamientos urbanos. Las que sobreviven al paso del tiempo, en algunos casos se transforman en museos, si se ha conservado la maquinaria, algo que no suele ser frecuente. Algunos de estos ejemplos se expondrán los días 6 y 7 de abril en las II Jornadas de Patrimonio Industrial que organiza la asociación Métete en Harina de Casetas, que impulsa la recuperación de la que fuera ‘catedral’ de la industria del barrio zaragozano.

“El patrimonio se puede convertir en un elemento dinamizador de las ciudades”, ha afirmado Roberto Polo, ex alcalde del barrio rural y miembro de la plataforma ciudadana. En esta segunda edición han elegido ejemplos de proyectos dentro y fuera de Aragón. En la comunidad destaca la Harinera La Merced de Calatayud, cerrada desde 1974 y en la que acaban de comenzar las obras para su transformación en una incubadora tecnológica en óptica y fotónica. El proyecto que expondrán los arquitectos Fernando Bayo y David Gimeno cuenta con un presupuesto de 1.099.560 euros, de los que 500.808 los financia el programa de fondos europeos Feder 2014-2020. El edificio tiene 1.500 metros cuadrados distribuidos en semisótano y tres plantas que alojarán en el futuro talleres de electrónica, óptica y de impresión en 3D, espacios de trabajo común, despachos y salas de conferencias.

Junto a la rehabilitación de la Harinera de Calatayud que acaba de empezar, se expondrá el caso de la andaluza Harinera de la Virgen del Rosario de Jaén y la Farinera del Clot de Barcelona. “Queríamos mostrar modelos diferentes. La andaluza está una pequeña localidad en la campiña de Jaén y la del Clot es una grande y urbana que surge por el movimiento vecinal, que es el que reclama el espacio industrial como sede de asociaciones vecinales”. Este último sería el referente para la “resurrección” que impulsan para la Harinera del Ebro de Casetas, que sigue en manos privadas, después de fracasar el proyecto inmobiliario que incluía la construcción de viviendas y que no se llegaron a edificar por la crisis. "Se les está obligando a proteger los elementos de la fachada, pero lo cierto es que cada vez se está degradando más", viene advirtiendo la plataforma. Entre los últimos logros de los vecinos ha destacado “la ampliación de la catalogación para una bodega que hay de 1913”, ha explicado, que dentro del proyecto de futuro para el edificio podría servir para sala de conciertos.

Entre los participantes en las jornadas, que se celebrarán en el Centro Cívico de Casetas, figura la profesora de Historia del Arte, Pilar Biel, experta en patrimonio industrial; el director de cine etnográfico Eugenio Monesma; el fotógrafo de patrimonio abandonado Andrés Ferrer y el coleccionista de imprentas Carlos Marquina. También se expondrá el proyecto de museo del ferrocarril impulsado por la asociación AZAFT, que ha sido anunciado recientemente y que se ubicará en Casetas. A la clausura acudirán portavoces de los partidos con representación en el Ayuntamiento de Zaragoza para exponer sus compromisos en la protección del patrimonio industrial de la ciudad.

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