Zaragoza

Un nido de excrementos y orines al final de la calle Mornes

La Asociación Vecinal de San José denuncia la falta de civismo y pide más vigilancia para terminar con la suciedad de la zona, convertida en un pipicán improvisado.

Zona verde calle Mornes 2
Estado de la zona verde de la calle Mornés, en San José
L. R.

La convivencia entre mascotas y ciudadanos en las zonas verdes de la ciudad no siempre es fácil. La normativa exige que los perros vayan siempre atados, salvo en determinados parques y a horas concretas, y que sus propietarios recojan sus excrementos. Sin embargo, no todos lo hacen y quienes pasean por las zonas ajardinadas pueden llevarse a casa una desagradable sorpresa.

Esto es lo que ocurre en una pequeña zona verde al final de la calle Mornes, junto al colegio María Auxiliadora, en el barrio de San José. Los vecinos están hartos de tener que ir sorteando las deposiciones de los canes y denuncian lo desagradable del olor producido por sus orines. “La gente lleva ahí a sus perros y eso se va acumulando y es molesto. Las quejas son con razón”, comenta Fernando Arenas, de la Asociación Vecinal de San José. “No hay un mantenimiento de las zonas verdes en general, aunque esta de verde tiene poco”, apunta. Lo cierto es que de sus jardines tan solo queda tierra, varios bancos, una fuente, aparatos de gimnasia para mayores y algunos pinos. “Eran casi diez y ahora quedan cinco”, lamenta Arenas.

Según explica el miembro de la asociación, la parte más tradicional de este barrio cuenta con pocas zonas verdes debido a su configuración urbanística. “San José creció desordenadamente al calor del aumento de la población y sin ninguna planificación, por eso hay calles tan largas sin manzanas. Por eso hay pocas zonas verdes y las pocas que hay están sin mantener”, manifiesta. Esta escasez de espacios de reunión hace que los que hay reciban “mucha presión de los habitantes”, es decir, que estén muy concurridos. Además, según Arenas, hay muy pocas papeleras por el barrio. “Muchas veces tienes que recoger la caca e ir paseándola hasta poder deshacerte de ella. Hay gente que no tiene paciencia para eso”, apunta. Desde el colectivo vecinal creen que, aunque esto no sirve de excusa para no recoger los excrementos, si no se ponen facilidades para ello “la ausencia de civismo se nota todavía más”.

Más vigilancia y más sanciones

La asociación considera que la solución a este problema pasa por una mayor vigilancia por parte de la Policía Local y por la imposición de más medidas coercitivas, ya que creen que no es suficiente con educar a la población. “Cada vez vemos más gente con el perro suelto por las aceras, con el riesgo que eso conlleva para la propia mascota y el peligro de que pueda provocar un accidente. Se ha perdido el miedo y el respeto”, dice Arenas.

Zona verde calle Mornes
Zona verde de la calle Mornes en San José
L. R.

Para tratar de mejorar la convivencia entre perros y vecinos, la asociación puso en marcha a comienzos del año pasado una campaña para impulsar las buenas prácticas entre los perros, sus dueños y el resto de ciudadanos. Además de recordar a los propietarios sus obligaciones, como tener los papeles y las vacunas del animal al día y evitar que orinen en fachadas y mobiliario urbano, el colectivo creó un mapa interactivo en el que cualquier ciudadano que haya sufrido un incidente relacionado con un perro puede señalarlo. “Nos hemos centrado en los perros agresivos, ya no solo en aquellos catalogados como Perros Potencialmente Peligrosos (PPP), sino en todos aquellos que han demostrado un comportamiento peligroso”, explica Arenas, que asegura que el parque de La Memoria y el de La Granja se llevan la palma en cuanto a conflictos con mascotas.

Esta herramienta permite al ciudadano explicar qué es lo que le ha ocurrido y dónde sin tener que dar a conocer sus datos personales, algo que según Arenas fomenta la participación. “La gente es reticente al tema de la denuncia, porque te arriesgas a que esa persona a la que has señalado te localice y tome represalias”, afirma.

Por último, la asociación también se ha interesado por participar en campañas como ‘Verde que te quiero verde. No marrón’, que ya se han llevado a cabo en Torrero, barrio Jesús y algunas zonas de Delicias. “Nos gustaría que, si la campaña se vuelve a poner en marcha, tengan en cuenta al barrio de San José”, comentan.

Algo parecido a lo que sucede al final de la calle Mornes sucedía hasta hace tan solo unos meses en el andador de Emilio Arce, junto al parque de La Granja y al instituto Pablo Gargallo. La situación cambió el pasado 1 de febrero, cuando un grupo de entidades sociales del barrio impulsaron la construcción de un jardín ecosocial para revitalizar la zona y concienciar a la ciudadanía de la importancia de los espacios verdes en las ciudades.

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