terrorismo

Hace 29 años, los Grapo mataron en Zaragoza al doctor Muñoz Fernández

El médico atendía a unos terroristas de la banda que estaban en huelga de hambre.

José Ramón Muñoz Fernández.
El doctor Muñoz Fernández, poco antes de su asesinato.
Carlos Moncín/Heraldo

Este miércoles se cumplieron 29 años de una jornada nefasta en la historia de Zaragoza. Un médico, el doctor José Ramón Muñoz Fernández, fue asesinado por dos terroristas en su consulta privada, en el paseo de la Constitución.

El facultativo formaba parte del equipo médico que atendía a los grapos ingresados en el hospital Miguel Servet, como consecuencia de la huelga de hambre que mantenían en señal de protesta por la dispersión de presos. Muñoz Fernández, de 51 años y natural de Logroño, estaba casado y tenía tres hijos.

Los autores del atentado, los terroristas Guillermo Vázquez y María Jesús Romero, llegaron a la consulta de Muñoz Fernández haciéndose pasar por pacientes. Eran las seis y media de la tarde.

Permanecieron en una sala de espera durante una media hora, aguardando que el médico finalizara la revisión con otro paciente. Minutos después, la enfermera y única testigo presencial de los hechos, les condujo hasta la consulta de Muñoz Fernández, que les recibió sentado junto a una mesa. Según la Policía, la mujer sacó entonces un arma y realizó tres disparos frontales y a escasa distancia, que alcanzaron a la víctima en la cabeza, el hombro y el pecho. El impacto de los proyectiles causó la muerte casi inmediata del facultativo.

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HERALDO dedicó muchas páginas al crimen de Muñoz Fernández.
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Los dos integrantes del comando abandonaron la tercera planta del edificio, en el paseo de la Constitución 33, donde también se encontraba el domicilio particular del médico asesinado. Fuentes cercanas a la familia señalaron entonces que la enfermera recibió un golpe en la cabeza con la culata de la pistola y, posteriormente, sufrió una fuerte crisis nerviosa.

Varios miembros de los equipos médicos que atendían a los grapos en huelga de hambre en los hospitales de Zaragoza se sentían amenazados por la organización terrorista. A pesar de que la Dirección General de Policía les había recomendado días atrás que adoptaran medidas de seguridad y modificasen sus itinerarios habituales, el doctor Muñoz Fernández no había recibido protección.

Dos años después del crimen, la Audiencia Nacional condenó a 30 años de cárcel a María Jesús Romero y Guillermo Vázquez. Ambos fueron excarcelados en 2013, después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos anulara la doctrina Parot.

Años después, en 2008 también fue condenado a 30 años el que fuera líder del Grapo, Silva Sande, por ordenar la muerte del medico zaragozano.

La capital aragonesa no ha olvidado al médico asesinado. Y desde 1999, un centro de salud, el situado en el paseo de Sagasta, lleva su nombre en homenaje a su memoria

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